The soul of a warrior CAP 3

se que me e tardado T__T pero tenia muchos trabajos y bueno aqui el cap



En-en-en… ¡¿Entrenarme?!

Ella me mandó una mirada fugaz y comprendí que hablaba en serio, aun así los maestros se quedaron viéndome con una mirada penetrante y llena de significado; yo por otro lado, intentaba analizar la situación en la que me encontraba. Sigo sin creer que todo esto me esté sucediendo… Es decir, ser normal un día y al siguiente ser un monstruo de no sé qué tamaño. Esto no puede estar pasándome… Mientras yo estaba sumida en mis pensamientos no me di cuenta del momento en el que el maestro de mi hermano habló.


- ¿Realmente la entrenarás? ¡Já! Ella no tiene oportunidad ¿Lo sabes? -

Iba a reclamar acerca de lo que dijo el maldito viejo cuando mi aparente nueva “maestra” posó su mano en mi hombro como indicándome que me calmara y ella habló


- No la subestimes. Estoy segura que derrotará fácilmente a ese debilucho que tienes como aprendiz –
Miré asombrada a mi ahora sensei, nadie me había defendido antes y mucho menos de un maestro. Usualmente evitaba inclusive cualquier cruce de miradas con cualquiera de ellos.


Creo que yo al igual que el maestro de mi hermano nos preguntábamos ¿Qué estaría intentando hacer ? Es decir ¿Para qué me quería entrenar? A la vez de pensar en esto, observaba expectante la discusión.

- Entiendo… Ya que usted será de ahora en adelante la maestra y tutora de la chica solamente diré que la próxima no tendremos ninguna clase de piedad con ella, así que valla cavando su tumba… - Dijo el sensei de mi hermano con un toque de arrogancia que me estaba jodiendo, solo me levanté y dije con desprecio.


- Juro que los venceré. Pero no porque quiera ese poder de mierda sino para acabar con todo esto de una buena vez. Liberaré a todos de esta maldición y evitaré que otra generación se vea obligada a matarse entre sí. Lo haré así me tarde toda la vida, ¡Ya verá! –

Él se giró sin mirarme ni una vez y por primera vez miré a mi hermano a los ojos, no me dijo nada pero me mandó una mirada cargada de desafío no hice más que devolverle la mirada hasta que mi sensei habló.

- Bien, ven conmigo –

- ¿Eh? ¿A dónde? – Pregunté dudosa

- ¡¿A dónde más?! ¡A empezar tu entrenamiento! – Me contestó como si fuera lo más obvio del mundo

- ¡¿QUÉ?! –

- ¿Qué acaso estás sorda o qué? – Me dijo frunciendo el ceño.

- Pero… ¿Por qué me ayudas?... – Atiné a preguntar con tono algo apagado.

- Porque también me conviene – Entonó con algo de exasperación pero al ver mi cara interrogante siguió hablando.

- Tu especie está por encima incluso de la mía y se conocen por romper las reglas, solo te pido a cambio que cualquier favor que te pida si llegara a necesitar alguno, lo hagas. Verás, no te puedo obligar a que entrenes conmigo así que ¿Qué dices? Es decir, ambas tenemos razones, sobre todo en tu caso ¿No?

Lo pensé por un momento pero al no tener razones para no aceptar simplemente no tenía nada que perder…


- Lo haré. Pero con una condición – Dije finalmente

Ella me miró interrogante y yo me apresuré a decir.

- También entrenaras a mi hermana- Ella solo abrió los ojos por la sorpresa y me dijo.

- ¿Qué? ¿Estás loca verdad? ¡No sobrevivirá al entrenamiento! –

- ¡Pero no puedo dejarla sola con esos maniáticos! La matarán de todas formas – Fruncí el seño al no obtener respuesta alguna hasta que por fin me contestó.


- Bien, vendrá con nosotras –

Al oír sus palabras me apresuré a buscarla y cuando la ví casi la hago caer, ella me miró confundida y no la culpo.

- Vendrás conmigo ¡Nos entrenaran a las dos! – Miré a mi hermana que se mostraba sorprendida.

- ¿Qué? Pero, ella es tu sensei hermana dudo que me quiera ver… - Me contestó ella débilmente.

- No, yo le pedí ayuda para que nos hiciera más fuertes… A las dos – Dije, ella me miraba con la duda pintada en el rostro, pasó un tiempo y todo seguía igual por lo que perdí la paciencia y le grité.

- ¿QUÉ ACASO QUIERES MORIR? ESO ES LO QUE PASARÁ SI TE QUEDAS ¡Y BIEN LO SABES! –

Ella bajó la mirada y asintió, me sentí mal por mi arranque pero es la verdad y si no la quisiera la dejaría allí. Mi hermana seguía callada pero de pronto me tomó del hombro y me miró a los ojos, yo me quedé callada esperando que dijera algo hasta que habló con voz seria.

- ¿En verdad planeas desafiar a nuestro hermano? –

Me quedé pensando por un instante… ¿Tanto odiaba yo a mi hermano como para pelear contra él? Es decir esa no es la única razón pero es mi principal obstáculo.


- Así es – Fue lo único que logré musitar.

Ella no dijo más nada y nos fuimos caminando hacia casa de nuestra ahora nueva sensei.

Pero cuando llegamos al sitio me quedé con los ojos desorbitados y una confusión muy grande.

- ¿DÓNDE ESTÁ LA CASA? – Dije a punto de gritos, juro que ví unos pájaros volando de los árboles.

- ¿Seguro que es por aquí? – Me preguntó mi hermana tímidamente.

- Claro que si – Dije molesta

- Pues no creo que una casa desaparezca sola – Me dijo con notable sarcasmo en su voz.

- Pero puedo jurar que era aquí – Dije perdiendo la paciencia.

- Entonces ¿Dónde está? – Me contestó irritada.

- ¡Pues no conozco otro lugar donde pueda estar! –

Nos quedamos discutiendo un buen rato hasta que nos percatamos que alguien se acercaba a nosotras por detrás. No sé como pero reaccioné rápido y aparté a mi hermana lejos de ahí, en cuanto posé los ojos en lo que había denotado lo único que ví fue una sombra con grandes garras pero ya no estaba.

- Así que aquí estaban… - Nos asustó nuestra sensei

- ¡Estás loca! ¡Casi nos matas de un susto! – Le dediqué una mirada asesina pero ella solo se rió.

- Bien, están listas –

Nosotras la miramos confundidas.

- ¿Listas para qué? – Dijimos al mismo tiempo.

- Nos vamos de aquí – Nos contestó con calma.

- ¿QUÉ? – Gritamos - ¿A DÓNDE? –

- A la ciudad de Tokio y quizá otros lugares.

- Pero ¿Qué haremos allá? – Pregunté

- ¿No pensaran que se quedarían aquí por siempre verdad? – Contestó para luego reírse. Dejándonos aún más confundidas. ¿Qué haríamos de ahora en adelante?

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