Babel: -El surgimiento del caos. - | Escrito 2.- Subterra I.

Comentario del Autor.
Experimento: Antes de comenzar a Leer, si algunos quieren pueden medir el tiempo que perdieron en leer todo esto XD... Espero que lo disfruten...


Apertura:

Segundo escrito: - Subterra I -

Al tener todo explicado nos dispusimos a preparar lo que nos fuese necesario e indispensable para esta situación, aunque esta obscuridad no nos facilitaba el trabajo, por ello me dirigí primero a buscar en el cajón de la cómoda al costado de mi cama una linterna que tenía preparada para estas ocasiones, pero al encenderla esta ya no funcionaba, al igual que pasó con algunos de los dispositivos electrónicos como fue el caso de celulares, relojes y un foco a batería que poseía, lo cual me hizo recurrir a un simple mechero que tenía en mi bolsillo, el que no me fue de mucha ayuda pero evitaba que pisara los fragmentos de vidrio que se esparcieron por el suelo después de los constantes movimientos.

Avanzando un poco más ya logré hacerme de algunas velas que eran de cumpleaños anteriores que no habían sido consumidas por completo.

>>Dato curioso: Sabían que mi hija Alice y yo nacimos el mismo día, lo cual nos hace compartir esta fiesta y siendo el último presente que me ha dado mi esposa antes de morir.
Recuerdo que cuando nació Alice era tan linda que no quería separarme de ella, tanto que cuando se la tenían que llevar casi me abalanzó sobre la enfermera y por accidente empuje al doctor el cual terminó sufriendo una dolorosa caída. También recuerdo que ese cumpleaños fue horrible ya que terminé prestando declaraciones todo el resto del día en una comisaría cercana y cuando al fin logré regresar al lado de mi esposa, no volví a ver nunca más a aquel doctor. <<

Ya con ellas logre iluminar los pasillos de la casa y conseguí lo que creí que era más importante, algunos cambios de ropa y también otras cosas.

Intentamos de comer todo lo que pudimos ya que el refrigerador se había descompuesto, forzándonos a tener que deleitarnos con todos los postres helados que aún guardaba en el y con la ciudad ardiendo en llamas, sentí que era el ambiente idóneo para disfrutar de ellos.

>> Realmente tenía una cantidad inmensurable de helados y sentí que sería un sacrilegio el desperdiciarlos, ya que desde pequeño siempre me han encantado, hasta llegue a fundar un club el cual se dedicaba a su degustación y era financiado por sus miembros. Fue una vil excusa para tener helados gratis la cual no dio frutos por la falta de éstos, sólo estaba yo y Reira en el, lo cual hizo que yo terminara invitando.

Reira era una chica que siempre fue alegre y muy inteligente, disfrutaba de los mismos pasatiempos que yo y me complementaba bastante, algunos de los vecinos no se explicaban como ella me soportaba y para la sorpresa de todos al final termine casándome con ella siendo de torta helada el pastel de boda, pero al olvidar que este se derretía tuvimos de apresurarnos a comerlo antes de la boda, de lo cual no me arrepiento ya que fue una brillante idea, pues nosotros terminamos comiendo la mayor parte.

No preguntar a qué edad me casé. <<

Nos debíamos apresurar en dejar la casa ya que el fuego se venía expandiendo a una gran velocidad.

>> La casa no era mi problema ya que era arrendada, cómo si alguien de mi edad sin un gran sueldo pudiera costeársela y ya en este momento podría quejarme de mi trabajo, pues el despido no es mi elección.<<

Al terminar de comer y con todo lo que me fue posible ya empacado, decidí obedecer a mi cuerpo y que pasáramos antes al baño, en ese momento entre primero por precaución y para comprobar el estado de este, dentro se podía ver que las cañerías se encontraban rotas y que apenas fluía el agua, intenté de acabar mis necesidades lo más rápido posible para dar paso a mi hija y al fin cuando ya había terminado, presionando al máximo la cadena logre que fluyera el agua dándole la oportunidad ahora a ella, pero como si algo la agobiara se negó diciendo que no era necesario.

Al disponernos a salir de la casa, como si de una mula me tratara lleve a cuesta todo lo empacado sobre mi cuerpo incluyendo a mi hija que tenía su lugar reservado entre mis brazos, por todo esto no encontré forma alguna de abrir la puerta, sino fuera porque me vino a la mente la brillante idea de pedirle a Alice que la abriera, tal vez hubiera empezado a patearla o esperado que fuera consumida por las llamas con la esperanza de que saliéramos ilesos.

Ya en las calles, no se percibía ni un alma deambulando en ellas y desde ahí observé hacia arriba encontrando un gran orificio en este confinado cielo, el cual no se hallaba la última vez que me asomé por la ventana. A través de el podía ver un azul que me resultaba familiar, era nuestro antiguo cielo que aún existía pero ya no era nuestro.

Me estaba comenzando a cansar de llevar todo a cuesta y sin un rumbo, ya que no tenía decidido hacia donde dirigirme y sólo caminaba para alejarme de los escombros de una ciudad devastada, la mayoría de los supervivientes se dirigió a los aeropuertos que han aceptado sus demandas de intentar salir por el orificio.

Y todo comenzaba a verse un poco más brillante ya que las luces de las calles poseían una batería de reserva para casos de emergencia y prolongados cortes de electricidad con una durabilidad máxima de 24 horas y con la capacidad de recargarse con la luz solar, pero nunca nos había sido necesario usarlas y con algo de suerte las que aún permanecían en pie comenzaron a prenderse iluminando pequeños sectores de la devastada ciudad. No era mucho lo que se veía pero con el tiempo ya estaba completamente acostumbrado y el orificio nos traía las bendiciones de un sol que se asomaba.

Decidí descansar en un paradero dentro de lo que parecía una antigua área comercial y ver el primer despegue de uno de los aviones que intentaría de pasar por el orificio. Por la distancia no pudimos ver bien el aeropuerto, pero cuando se alzó sobre nosotros fue cuando comenzó el ataque. Como bestias ante su presa, uno tras otro impactaban los relámpagos sobre la gran nave la cual se comenzaba a desplomar en llamas. Para colmo, algunos fragmentos caían cerca de nosotros y sólo tomo unos momentos para que esta se estrellara arrasando con los escombros que aún permanecían en pie. Con suerte al explotar el avión la onda expansiva trajo a mi lado un carrito de supermercado y estupefacto se me olvido dar las "Gracias".-

Continuará....

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Segunda Nota del autor: Cualquier error que puedan encontrar en lo ya escrito me lo pueden avisar por comentario o mp, ya que termine la edición, sólo corregiendo lo que pude encontrar y siento que lo he leído tantas veces que en verdad ya no lo leo como está escrito sino más bien sólo recuerdo lo que quise expresar...

Mil gracias por cualquier comentario anterior y también por los venideros, espero que alguien continue leyendo esta historia que recien comienza.