Dark in The Light - 15/11/2009 (Capitulo 1) (Misterio, suspenso, Gore, Sobrenatural)

Una Joven de 17 años de edad, vive una vida tranquila en una pequeña cabaña a las afuera de la ciudad junto con sus padres, cuando de repente, algunos extraños sujetos atacan su casa destruyendo para siempre su vida pacifica. pero sin importar a donde valla un velo de muerte y desesperación empieza a perseguir a la inocente Joven.

Aria Murder: es una hermosa joven de 17 años de edad, su cabello es negro como la noche, y es tan largo que llega hasta la cintura, sus ojos son marrón claros, es una chica inocente sin ningún tipo de ambición, ella era perfectamente feliz en su pequeña granja, a las afuera de la ciudad, mientras vivía con sus padres, desde pequeña siempre se le enseño que la familia es lo mas importante en este mundo, sus valores son firmes, es una chica tímida y reservada, a pesar de su hermoso cuerpo, no le es fácil convivir con las demás personas fuera de su ciclo familiar, pero no es una persona que se de por vencida fácilmente, su determinación es grande en cuanto se propone algo, jamas se lo saca de la cabeza, es muy sensible y no teme al mostrar sus emociones.

No es curiosa la vida, como en un destello todo lo cambia, y lo que tu creías perfecto no es más que una ilusión, o por lo menos eso es lo que creo en este momento, o eso es lo que me han obligado a creer, ya no sé qué es verdad, y que es fantasía, todo a sucedido demasiado rápido.
Yo he vivido toda mi vida en una pequeña granja a las afuera de la ciudad, junto con mi padre y mi madre, soy hija única así que en cierta forma podrías decir que mi vida ha sido solitaria, ya que desde pequeña, mis padres me han educado en casa y jamás he ido a la escuela, solo voy a la ciudad 1 ves cada 2 meses, para presentar unos exámenes y comprar lo que haga falta, pero sobre todo eso podría decir que mi vida a sido feliz, mi madre siempre ha sido amorosa y gentil y gracias a mi padre nunca nos a faltado nada, aunque en mis 17 años de vida jamás, supe en que trabajaba, aun que ni siquiera pregunte, tal vez y solo tal vez, si lo hubiera hecho esto no hubiera sucedido.
Era una noche fría como de costumbre, los vidrios de la cabaña se empañaban rápidamente, la chimenea en el salón principal era lo único que mantenía caliente el lugar, yo estaba con mi mama, viendo como la madera ardía en las llamas, mientras platicábamos de alguna tontería como de costumbre, por otra parte mi padre se encontraba en el ático lo que el llamaba “Su despacho”, seria cercana a la media noche cuando el viento empezaría a golpear fuertemente la cabaña, el crujir de la madera era horrible pareciera que de un segundo a otro toda la casa desaparecería, extraños golpes empezaron a sonar en toda la habitación en un principio los ignoramos, pero cada segundo eran mas fuerte – Pum, Pum, Pum – una y otra vez, empecé a pensar que sería algún animal pero sin importar cuanto me asomara a través de la venta hacia la oscura noche no vería nada, pero los golpes seguirían – Pum, Pum, Pum – mi madre comenzó a desesperarse, así que tomo una escoba y empezó a golpear las paredes, para que en caso de ser un animal este se espantara, pero eso no cambio nada, al contrario los golpes parecieran volverse más fuertes – Pum, Pum, Pum – llego un momento que eso era lo único que podíamos escuchar, pero tal como habían comenzado los golpes desaparecieron, por unos segundos, pero aun ahora me cuesta creer lo que sucedería después, de la nada una mano completamente pálida y sin nada de vello rompería la pared, sus uñas eran amarillentas y bastante largas, tanto yo como mi madre gritamos aterraras, por instinto corrí hasta la cocina buscando refugio mi madre intento seguirme pero la mano alcanzo a sujetar su vestido, ella golpeo con todas sus fuerzas, pero la mano no cedía, y tal como apareció la primera, llego otra , y una más y otra, cuando menos me fije había como 10 manos saliendo de la pared, aunque no duraron bastante porque al poco tiempo la pared se rompió por completo, dejando ver a 5 hombres completamente pálidos vistiendo solo unos pantalones negros de mezclilla y botas de trabajo, si bien he de decir que eran bastante apuestos, sus ojos eran negros y vacíos, al verlos podía sentir como si mi alma fuera devora desde dentro, uno de los sujetos, tomo del cuello a mi madre y comenzó a apretar, fuertemente sus dedos empezaron a sumergirse lentamente a través del delgado cuello de mi madre, la sangre empezaba a fluir lentamente a través de su brazo mientras que su rostro, solo reflejaba un placer infinito, mientras los otros 4 comenzaban a caminar así el pasillo, cuando llegaron, uno de ellos pudo verme, el corazón podía sentir como se me detuvo por un momento, mis piernas y brazos se entumieron no podía moverme, las lágrimas empezaron a empañar mis ojos y las figuras empezaron a distorsionarse, pero aun así alcance a distinguir como uno de ellos comenzaba a acercarse lentamente asía mi diciendo – ¡oh! hermosa jovencita, acércate, vamos que solo quiero un besito - me sentí impotente, no podía hacer nada, muy apenas podía respirar, sentía un hueco en el estomago, y poco a poco comenzaba a perder la conciencia, hasta que un fuerte ruido me trajo de golpe a la realidad, con esfuerzo limpie mis ojos de las lagrimas, y pude ver como mi padre bajaba las escaleras, empuñando una extraña pistola dorada, con algunos símbolos grabados en ella, mi papa la guardo en la funda que colgaba de su pantalón, tomo la escopeta que traía colgada a su espalada, apunto firmemente en contra de los sujetos, mientras que caminaba lentamente hasta mi dirección, los hombres lo miraban escépticos, y uno de ellos se le acerco muy confiada diciéndole – y que vas a hacer con ese juguetito – cuando su pecho toco la punta del cañón, mi padre disparo, el impacto azoto al hombre contra la pared mientras su torso se teñía lentamente de rojo escarlata, pero el sangrado duro poco y cuando menos me di cuenta su herida había desaparecido, el hombre salto en contra de mi padre, y de un solo golpe rompió la escopeta y con una risa burlona lo tiro al piso, quería cerrar los ojos, pero le tenía más miedo a la soledad que me envolvería atrás de mis parpados, que a lo que tenía frente a mí, el hombre rozaba lentamente sus largas uñas contra el cuello de mi padre, mientras yo solo permanecía inmóvil, viendo esa horrible escena quería hacer algo pero el miedo me tenía petrificada, en ese instante el hombre dijo en voz baja susurrándole al oído a mi padre – ¿que ojo quieres que te saque primero el izquierdo o el derecho? – el hombre se le quedo mirando directamente a los ojos a mi padre, pero el lejos de asustarse le contesto con una pícara sonrisa, y justo cuando alzo su mano, algo lo detuvo, pequeños gemidos empezaron a salir de aquel sujeto, todo su cuerpo comenzó a temblar, mientras que sus ojos lentamente comenzaban a salirse de sus orbitas, primero fueron pequeñas lágrimas de sangre que empezaron a rodar por sus mejillas, pero a medida que los segundos pasaron, litros y litros de sangre comenzaron a brotar, hasta que sus dos ojos negros salieron volando cayendo al piso salpicando todo de sangre, para después rodar como un par de canicas, arrastrando el pequeño tejido que alguna ves los conecto con su cerebro, el hombre ahora con la boca bien abierta, y mirando al techo con eso cuencos vacíos se levanto lentamente, y como si fuera obra de magia la piel de sus brazos justo debajo de sus hombros, comenzó a hincharse, hasta explotar como una burbuja, pero en ese momento pude ver como sus músculos comenzaban a romperse, uno por uno hasta que llegó un momento en que solo su hueso sujetaba sus brazos, y lentamente el hueso de ambos brazos, se empezó a volver color verde, y un horrible olor pútrido empezó a emanar de el, su cara y todo su cuerpo comenzaba a envejecer lentamente, su hermosa melena rubia se volvía gris y opaca, sus músculos del pecho y las piernas se volvían, flácidos y aguados, y unos momentos después su brazos cayeron al piso, sus huesos se habían podrido totalmente ahora solo quedaba una sustancia verde y gelatinosa, que emitía una peste tan horrible, que no pude soportarla, pero cuando creí que nada mas podría pasar, todo su cuerpo se convirtió en arena, dejando solo sus ropas, mi padre se puso de pie y los 3 sujetos restantes, caminaron hacia mi padre, - ¿que rayos le has hecho a jimy? hijo de puta – grito uno de ellos, sus sonrisas se habían desvanecido como las palabras en la arena, sus caras mostraban odio y coraje, mi padre solo rio y dijo, - lo llamo el veneno de las lagrimas de sangre, ¿a que es bonito? – uno de los hombres se enfureció e invistió a mi padre, el solo dio un pequeño giro colocándose a su espalda y sujetando suavemente su barbilla y su nuca, y con un fuerte giro, su cabeza quedo volteada 180 grados, pero el sujeto aun con la cabeza, completamente al revés no pareciera sentir dolor alguno, de tanto ser así que sin emitir ruido alguno volvió a correr contra mi padre, mirando lo fijamente con aquellos profundos ojos, mi padre tomo un cuchillo de la meza y se lo clavo en su ojo, el grito que emitiría aquel hombre rompería todos los cristales de la cocina, en ese momento entre aquel horrible gemido mi padre me dijo – Aria, corre a mi despacho y espérame allí – de alguna forma conseguí la fuerza para levantarme y correr, Salí rápidamente de la cocina, mientras mi padre detenía a los tres sujetos, en el pasillo logre ver un montón de arena cerca de unos pantalones tirados en el piso, realmente no le di importancia y seguí corriendo, hasta llegar al despacho de mi padre, la puerta estaba abierta, así que apenas entrara cerraría la puerta con candado, era la primera ves en mi vida que entraba aquí, era como una especie de laboratorio lleno de botellas con químicos y extraños artilugios, aun que para esa noche, eso ya no me importaba me escondí debajo de una mesa, mirando a la puerta esperando a que mi padre llegara.
No se cuánto tiempo espere a la distancia solo podía escuchar golpes y uno que otro grito, pero en un instante la puerta abrió de golpe, pero casi muero del horror al ver rodar lentamente la cabeza de mi padre decapitada, hacia mí, dejando un pequeño rastro de sangre a su paso, dos de los hombres entraron a la habitación uno era alto de 1.90 m. de cabello rubio, aun que le faltaba un ojo, mientras que el otro era de 1.73 m. y cabellera castaña, los hombres empezaron a romper todo en la habitación gritando una y otra vez, - ¿Dónde está?, ¿Dónde diablos esta? – pasaron unos cuantos minutos cuando el hombre que le faltaba un ojo, se paró justo enfrente de mí, y dijo, - aquí huele algo raro – el hombre se agacho y me miro a los ojos mientras me sonreía sádicamente, su ojo era igual que los demás negro y carente de vida, pero lo que más me altero en aquel entonces fue el hueco a su lado, donde aún emanaba un poco de sangre, - linda pequeñita vamos a jugar – dijo alegremente, mientras me cargaba del cabello, el dolor era tal que no pude evitar gritar, pero en ese momento pude sentir como algo perforaba mi estómago, era algo frio, que comenzaba a apretar mis intestinos, con todas mis fuerzas volteé asía abajo, puede ver como su mano entraba y salía de mi vientre sacando mis intestinos, podía sentir como parte de mi colgaba en el aire, el hombre me soltó y me dejo caer al piso, mientras lentamente perdía el conocimiento, y un charco de sangre comenzaba a rodearme.
Los rayos cálidos del sol me despertaron esta mañana, sobre mis hombros descansaba una suave manta de lana azul que mi madre había tejido hace tiempo, frente a mí, estaba mi padre quien me miraba con una cara de angustia, al ver que despertaba una sonrisa se dibujó en su rostro, el se acerco y acaricio suavemente mi mejilla y me dijo – me alegra ver que estas bien, mi florecita – me tomo en sus brazos y podía escuchar como lloraba, en mi espalda, yo aún confundida lo abrase, fuertemente, hasta que unos minutos después me soltó, con los ojos rojos y aun con sus manos en mis hombros me dijo – Aria, voy a tener que irme durante un tiempo, espero, espero y me comprendas, durante mi ausencia tu tía Faria, cuidara de ti – en ese momento me di cuenta que estábamos en el porche de la casa, mas sin embargo yo no sabía que hacer solo pude decirle entre pequeños llantos, - papa, ¿qué ha pasado?, ¿Dónde está mama?, ¿a dónde vas?, por favor no me dejes sola, por favor, - el no parecía más contento que yo, pero el solo pudo fingir una sonrisa y decirme – todo estará bien, te contare todo cuando regrese – y antes de que pudiera contestarle el sonido de un motor nos interrumpió, era la camioneta de mi tía que acababa de llegar, mi padre me levanto y me encamino al vehículo, mientras caminaba pude ver a través de la ventana de la casa, todo la sala se encontraba destruida incluso de reojo pude ver el gran hoyo en la pared de la sala, fue entonces cuando me acorde de la herida que aquel sujeto me había provocado, pero cuando revise no tenía nada ni si quiera una cicatriz, o algún dolor, pero aun así, el hoyo en la blusa aún existía, mi padre me subió en la camioneta y le dijo algo a su hermana, mi tía solo le respondió con un pequeño beso en la mejilla y un abrazó, mi padre se alejo de la camioneta, y esta se puso en marcha, rumbo a la ciudad, fue entonces cuando me asome por la ventana de atrás mientras veía como rápidamente me alejaba de lo que alguna ves había llamado hogar.