"Superesse" // Prólogo y Capítulos 1-2-3 // 2 Mapas disponibles

por incesTales Sáb Abr 14, 2012 2:51 pm

Bueno, hola chicos. Quisiera compartir mi recién comenzada historia. Me gustaría saber opiniones y eso =D. Acá les dejo una breve explicación de que trata, y por si les interesa leerla

Sinopsis: Era un día común y corriente en la ciudad de Concepción. Ángel iba a su colegio como normalmente lo hacía, en autobús. Sin embargo, algo macabro estaba apunto de suceder. Un terrorista se tomó la ciudad y sus pueblos cercanos, obligando a todo sus habitantes a formar parte de su terrorífico juego. La vida de Ángel, y las personas del medio de transporte entero, cambiaran de un momento a otro.

Mapas

Plano "Centro de Concepción"

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Plano "Colegio Sagrada alma"

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Prólogo

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El despertador suena a las siete de la mañana. Me levanto difícilmente y lo apago. Me quedo un rato viendo a mí alrededor, y me paro en dirección al baño. Me ducho como de costumbre, y me pongo a desayunar lo mismo de siempre. Una vez termino, coloco los cuadernos que debo llevar al colegio, en la mochila, y salgo de la pensión. Es un día común y corriente pensaba en ese entonces, pero quien iría a saber que en ese momento estaba apunto de comenzar un juego muy macabro.

Ángel era un estudiante del colegio Sagrada alma. Este quedaba en pleno centro de la ciudad de Concepción. El chico necesitaba tomar un autobús cada día para poder llegar al establecimiento, debido a que su pensión se ubicaba lejanamente. Aquel día, Ángel tomó el autobús ciento catorce, el que hacía el típico recorrido al centro. Le pagó al chofer, y se dirigió al fondo de la maquina. Le tocó irse de pie, ya que todo asiento se encontraba ocupado, algo común a esas horas de la madrugada. El chico se dedicó a observar a los demás pasajeros, lo cual era una forma de divertirse a tan monótono viaje. Había gente muy peculiar, pensó Ángel. Un carabinero, una estudiante de su mismo colegio, una mujer que hablaba por celular ruidosamente, un extraño hombre con un gran bolso, una persona con casco, dos jóvenes con raquetas de tenis. También, había cuatro sujetos de pie aparte de Ángel, y entre ellos, dos estudiantes bien conversadores. Todos eran lo suficientemente curiosos para distraer al muchacho del aburrimiento. El chofer llevaba la radio encendida, la cual podía ser oída por todos los pasajeros. En ella, el locutor opinaba sobre las gestiones realizadas por el alcalde:

- El alcalde Montecinos ha hecho varios cambios en el sistema público, que claro, bien está por lo mal que se encontraba. Pero alcalde, con esto busca la desesperada aprobación de los ciudadanos, se nota a leguas –

Ángel ignoraba todo lo que planes y estrategias políticas tratara, por esa simple razón, no ponía atención a los dichos del medio de comunicación. Sin embargo, a medio camino de su destino, la radio cambió bruscamente. Una gran estática se escucha, para luego, calmarse repentinamente. Seguido de esto, una extraña voz emerge:

- La vida es una caja de sorpresas, ¿no, mis oyentes? –

Esta frase la pronunció un desconocido total. Los pasajeros pusieron especial atención a lo que sucedía, ya que no era para nada normal:

-Lo siento por interrumpir la transmisión, pero creo que querrán saber lo siguiente. Veamos, por donde empiezo –

Un gran silencio se posa en el autobús y la señal de radio. Para luego escuchar una gran carcajada:

- Pero por supuesto, soy un terrorista y son mis rehenes. Bueno, no rehenes propiamente tal, sino son más como juguetes. No, no, vendrían siendo jugadores. Eso es, jugadores, son jugadores; y yo, el moderador. Ahora, se deben preguntar, ¿jugadores de que?. Bueno, ustedes jugarán “Superesse”. Este juego esta compuesto por varias fases, donde los participantes serán todas las personas de Concepción, Hualpén, Talcahuano, San Pedro, Chiguayante, Penco, Coronel, Santa Juana…..ya, ya, todos los pueblos y comunas alrededor de Concepción, para no perder más tiempo. Si intentan huir mas allá de estas localidades, estarán rompiendo las reglas, y eso conllevará a un mortal castigo. No me digan que no les avisé. Además, todo intentó de comunicación con el exterior, será insatisfactorio. Entooooooonces les hablaré de la primera etapa llamada “Terroristas y civiles”. Genial el nombre, ¿no? –

Ángel estaba impactado por tal información. No podía creer lo que pasaba, pero lo que más lo dejó en shock, fue ver la reacción despreocupada de la gente. Al parecer, estos no creían nada de lo que el supuesto terrorista decía. La actitud de ellos hizo dudar a Ángel, sin embargo, tal indecisión se esfumó con lo siguiente que dijo el hombre de la radio:

- Antes de explicarles de que trata esta fase, supongo que no me creerán sólo con palabras. Deben pensar que soy un loco, o tal vez, un bromista. Algo normal en la reacción humana. Por eso, preparé algo que les hará entender lo serio del asunto. Les pediré a todos los que presencian esto, que estén atentos a los alrededores. Ejem…no tengo nada contra ustedes militares, pero necesito deshacerme de las armas. Espero que entiendan –

Ángel miró por la ventana del autobús al igual que los demás pasajeros, incluido el chofer. Nada de veía no percibía. Al parecer, en verdad era una broma de mal gusto, pensó la mayoría. De repente, un fuerte estallido se escucha, seguido de un temblor de lo potente que fue la explosión. Escombros y extraños residuos caían por toda la ciudad. Una estela de la detonación se formó en los cielos. Atónitos, las personas del medio de transporte se habían quedado sin habla. El terrorista comenzó a exclamar nuevamente:

- Ahora que los convencí de que lo que sucede es muy, muy, muy real, les explico las reglas de la fase uno. La misión es simple jugadores, sólo deben sobrevivir hasta el final de la fase, la cual terminará cuando yo quiera que esta acabe. Se cuestionarán ¿De qué hay que cuidarse?. La respuesta es simple, se deben proteger de los terroristas libres. Solté un considerable número de hombres armados en las localidades donde se juega. Cada uno de ellos intentara asesinarlos apenas los vean. No piensen que podrán acabar con ellos, ya que les di unos trajes especiales desarrollados por mí, los cuales evitan que puedan ser dañados. Bueno, no hablemos más de ellos, debido a que tienen su propio juego. Ejem…por lo tanto, su objetivo, jugadores míos, es resistir hasta la siguiente parte del juego. Yo comunicaré el fin de esta por esta misma vía. Les daré diez minutos, civiles, antes de liberar a mis terroristas, para que puedan pensar en la mejor estrategia. Eso sería todo. Ahora, que comience el ¡SUPERESSE! –

Fin prólogo

Capítulo 1: "No es broma"

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- Y fin de la transmisión. Ya no estamos enviando señales. Eres libre de hablar Septum –

- Al parecer salio a la perfección chicos. Ahora, hacia el siguiente paso –

El comienzo del juego había partido sin contratiempos. El terrorista y sus secuaces se prepararon para la otra parte del plan:

- ¿Ya les dieron la señal? -

- Afirmativo Septum. Apenas se terminó su presentación y explicación, se les fue liberado. Según vi, la mayoría se dirigía donde el premio mayor -

A Septum se le originó una gran sonrisa luego de escuchar tal noticia:

- Ya veo, jejeje, ya veo. Veamos quienes son más aptos. Mis terroristas o mis civiles –

El grupo de hombres salieron de la habitación donde se hallaban. Unas grandes y pesadas mochilas llevaban en su espalda.

El autobús estaba detenido en plena mitad de la calle. Ángel aún no procesaba bien la situación, al igual que las demás personas. El primero en pronunciar algo fue un anciano que se encontraba en los primero asientos de la hilera de la izquierda, al lado de la ventana, detrás del chofer:

- Chofer, ¿Por qué se detuvo?. No ve que quiero llegar a mi revisión lo más rápido posible. Ya, ya, pongamosno en marcha.

El veterano seguía sin creer en los acontecimientos. El conductor estaba asustado, aun así, se dispuso a seguir manejando. En esto, el pasajero de los primeros asientos, al lado del pasillo, pero de la hilera derecha, grita:

- Nos está diciendo que ignoremos esto, ¿no?. ¡ESTA LOCO!. Claramente se han tomado nuestra ciudad. Debemos escondernos mientras podamos. Chofer, abra la maldita puerta –

Se pusieron a discutir ferozmente ambos hombre, a la cual, se sumó la mujer que hablaba frenéticamente por celular en el trayecto:

- Mi colega, al otro lado de la línea, dijo que la misma transmisión se pasó por todas las señales de televisión. Es imposible que una broma llegue a tal extremo como afectar la programación. Esto debe ser verdad –

Un silencio domina en el medio de transporte. Ángel creía totalmente en lo dicho por el terrorista, pero el miedo lo paralizaba, impidiendo su actuar. El que alzó la voz para romper tal tensión, y controlarla, fue el carabinero:

- Entiendo y percibo su temor, algo normal en estas situaciones. Incluso yo me encuentro desconcertado. Por eso, para ya no tener dudas de que solo trata de una broma de mal gusto, me comunicaré con el cuartel –

El policía sacó un transmisor de uno de sus bolsillos delanteros de su chaqueta. Lo acercó a su boca, lo encendió, y comenzó a mandar la pregunta que todos se hacían:

- El capitán Martínez al habla. Se solicita información referente al supuesto terrorista de los medios de comunicación. Repito. Se solicita información referente al supuesto terrorista de los medios de comunicación –

Una vez listo el pedido, toda persona en aquel autobús estaba pendiente a la respuesta que le llegaría al oficial. Sin embargo, había pasado un rato, y aún no recibían lo encargado, señal clara de que algo sucedía. Repentinamente, una estática salió del comunicador del policía, seguido de una voz:

- Es…escuche bien Martínez, esto es serio. Todos nuestros compañeros del cuartel están muertos. Esto…no es bro…broma. Llegaron sin avisar, y comenzaron a disparar sin piedad. De hecho ni yo logré salvarme, tengo un…un disparo en el abdo…men. Ahora fuerzan la puerta del cuarto donde me refugio. Alerte a todos los ciudadanos posibles, Martínez. Necesito pedirle un fa….favor. Ayude a mi fam…-

Un disparo se puede oír en la transmisión, para sólo quedar en silencio. El capitán Martínez estaba estupefacto. El hombre con casco, quien se sentaba en uno de los últimos asientos, se levantó luego de escuchar el mensaje. Se encontraba totalmente pálido:

- ¿No qué teníamos diez minutos para pensar en estrategias? ¿Cómo es que fueron….atacados? –

La respuesta mas adecuada al analizar los hechos, era un engaño por parte del moderador. No tardaron nada en llegar a esta conclusión, lo que provocó un verdadero caos dentro del vehículo. La mayoría de los pasajeros intentaron comunicarse con sus seres queridos a través de los celulares que poseían. Ángel era una de las excepciones al no tener parientes en las cercanías de las cedes donde se desenvolvía el juego. Otro caso parecido era el hombre que había discutido con el anciano, quien pateaba la puerta desesperadamente:

- Abre la puta puerta chofer. Necesitamos escondernos o moriremos. No puedo morir, no puedo. Tengo toda una vida por delante. ¡AAAAAA, PUERTA DE MIERDA! –

El conductor no ponía atención al berrinche, sólo quería hablar con su familia. El capitán intentó calmar al agitado sujeto:

- Cálmese, ¿quiere?. El mejor plan en estos momentos es conservar los estribos, y pensar lo más fríamente posible. La opción más viable sería la de …-

El carabinero fue interrumpido bruscamente por el alterado individuo, el que lo empujó fuertemente:

- ¡SILENCIOOOOO!. YO HAGO LA MIERDA QUE QUIERO, Y AHORA ES SALIR DE ESTE CACHARRO –

El hombre golpeó la puerta con todo lo que tenía, logrando su objetivo, romperla. Fue tanto el poder, que cayó al pavimento una vez la quebró. Ángel observaba la desesperada acción del pasajero, que en el momento que cumplió su meta, el joven se percató del horror que lo esperaba si salía. En frente de ellos se encontraba alguien con un traje ignífugo, y un gran fusil en sus manos. Era uno de los terroristas que habían soltado en las ciudades, que en aquel preciso momento, apuntaba en dirección al autobús. Ángel sabía que el quedarse callado significaría en su muerte. Entonces gritó como nunca lo había hecho:

- ¡AGÁCHENSE SI NO QUIEREN MORIR! –

Toda vida del lugar observó hacia el frente, y efectivamente había un tipo señalándolos con un arma. La reacción a tal suceso fue muy variada. De gritos desenfrenados, a la correcta acción de inclinarse, y protegerse. El hombre que se hallaba tirado en la calle, luego de evacuar el autobús, fue incapaz de dar una respuesta lo suficientemente rápida para cubrirse. Una sinfonía de disparos se desató en plena calle. Muchas de las balas pegaban en las azules paredes de la maquina. El primer fallecido fue el pobre sujeto que apenas hace unos segundos, salió del medio de transporte. Martínez se hallaba refugiado cerca del chofer, donde se veía como un pequeño número de balas penetraban el metal de la cara frontal. El policía sabía que si esto seguía así, nadie saldría vivo:

(Rayos. Es cuestión de tiempo para que nos hieran. ¿Qué puedo hacer?. Si lo que el terrorista dijo es cierto, no sirve de nada dispararle. La mejor opción sería … ¿atropellarlo?)

El oficial había pensado lo más razonable. Se acercó lentamente al acelerador, y lo presionó con todo su peso. Se suponía que el maleante se encontraba al frente de ellos, por ende, sería fácil arrollarlo sin mirar. Ángel se sostuvo fuertemente de uno de los asientos cuando el autobús comenzó a moverse. El miedo que tenía era bastante, pero su instinto de supervivencia era superior, manteniéndolo alerta a todo cambio a su alrededor. El malvado aún no paraba su intento de asesinar, a pesar de que pensaban pasar por encima de él. Un fuerte golpe se escucha en la parte delantera de la maquina. El plan había funcionado, y ese sonido era la prueba. Sin embargo, los disparos no cesaban. Es más, ahora no venían del frente, sino de la parte baja del medio de transporte. El terrorista había sido aplastado, pero su traje era lo suficientemente resistente para aguantar la gran masa que era el autobús. Entonces, cuando este pasaba por arriba de él, como no había recibido daño, seguía apretando el gatillo. Esto causó que una multitud de balas atravesaran el suelo, impactando en algunos pasajeros que permanecían hincados. El chofer veía como la sangre saltaba por los aires. Era tan desastroso para la vista, que tomó el manubrio, fijó su vista hacia delante, y apretó hasta el fondo el acelerador. Lo único que quería era que se acabase tal matanza. Efectiva fue la acción del asustado conductor, ya que el tiroteo se había acabado. El terrorista quedó botado en plena calle, aun así, se llevó varias vidas consigo. El carabinero, quien yacía aún hincado, se levantó y exclamó:

- Que mierda, resisten hasta que les pasen por arriba. Entonces es verdad, somos jugadores en el juego de un terrorista. No podemos ni oponernos a ellos, sólo nos queda escondernos y huir como ratas… ¡MALDICION! –

Esto era lo que pensaba Martínez, pero por el tenebroso momento vivido, lo dijo en voz alta sin querer, logrando ser escuchado por todo pasajero. Al darse cuenta, se percató de lo alterado que se encontraba. Hizo un pequeño ejercicio de respiración, y comentó:

- Gente, supongo que verán que estamos ante un enorme problema. Ahora, primero que todo, tenemos que ver quién está herido –

Muchos de los pasajeros no reaccionaban, lo que era entendible. El que le respondió al oficial fue un hombre que vestía una gran chaqueta negra, y portaba una mochila con un computador portátil:

- Han muerto seis personas…mi capitán. El hombre que huyó, y la mujer de avanzada edad de su lado. También falleció el chico que se sentaba al lado de usted, en la hilera de la derecha, segundos asientos. El joven que iba de pie cerca del chofer no pudo salvarse tampoco. Esos cuatro fueron los que perdimos en el tiroteo del frente. Los otros dos fueron impactados por las balas que vinieron desde abajo. La chica que se hallaba de pie frente al dueño de ese gran bolso, y el hombre de mediana edad, sentado al lado izquierdo de la chiquilla asesinada. No hay ningún herido por lo que veo –

Ángel no entendía como podía decir tales cosas sin expresión en el rostro. En el caso de él, el ambiente le daba nauseas, al ver por primera vez cadáveres. Uno de los estudiantes conversadores en el recorrido, se acercó al chofer:

- ¿A dónde vamos?. Ya no hay lugar seguro en la ciudad. Debería detenerse, y dejarnos bajar –

El conductor se detuvo de pronto, pero no por las palabras del muchacho, sino por lo que se veía más adelante. El hombre había manejado hasta la plaza central de la ciudad, “La plaza de armas”. En aquel lugar, había un gran conjunto de autos detenidos, y un centenar de personas. Toda aquella gente estaba reunida a las afuera del ayuntamiento, donde el alcalde Montecinos se debía encontrar:

- Están buscando una respuesta, pero lo único que hacen es ser blancos de los terroristas. Diablos, tengo que avisarles que no es nada una broma –

Martínez pronunció estas palabras antes de salir disparado hacia el tumulto. Uno de los chicos que llevaba una raqueta de tenis en su espalda, se juntó con el chofer, y el estudiante:

- No creen que es raro que aún no los hallan atacado. Si yo fuera uno de los asesinos, iría siempre donde hay más personas reunidas, y la plaza es la principal fuente de agrupaciones –

El otro joven con una raqueta de tenis, quién al parecer era compañero del que recién habló, le respondió, una vez se aproximó:

- Es una trampa, David. Está claro que si alguien ve un gran grupo en situaciones de crisis, tiende a unirse a ellos. En este caso, los están dejando con vida para atraer más presas –

Cada uno de los pasajeros se fue sumando al grupo de la delantera del autobús. A pesar de haber visto la cruda escena de los disparos y gente muriendo a sus lados. Se dieron cuenta que si permanecían así, a lo único que llegarían sería a su propia muerte. Alguna que otra de las personas del lugar, salieron de la maquina para poder visualizar mejor la situación en la plaza. Ángel iba a mezclarse con los demás, pero ve que la chica que era de su mismo colegio, se encontraba en su asiento, llorando. El joven no pudo ignorarla:

- Oye tú. Llorar no te lleva a ninguna parte. Límpiate la cara, y vamos a ver lo que ocurre –

Ángel no obtuvo respuesta. Al parecer, todavía se encontraba en shock por lo vivido:

- Con que no quieres escuchar. Bueno, bueno, quédate aquí gatita llorona, y observa como matan a tus seres queridos. Ver como mueren es mucho privilegio diría yo. Estoy seguro que ya están muertos. Si, solamente viendo que tipo de persona eres, me dice que la gente con que te juntas, y quieres, es igual. Déjame abrir tus ojos niñita. Están todos muertos, botando sangre por la boca, con sus tripas desparramadas, sus sesos mutilad… -

Una fuerte bofetada recibe Ángel de parte de la chica de su colegio:

- Cállate, cállate, cállate, ¡CÁLLATE! –

El fuerte aullido llamó la atención de todas las personas en el vehiculo. Ángel se sobó la mejilla y miró fijamente a su infractora:

- Ahora que estas bien consiente. Me disculpo por mis palabras. Verás, si no quieres que mis feos pronósticos se cumplan, lucha, pelea, batalla por tus amados amigos y familiares. No ayuda de nada llorar ni lamentarse. ¿Entiendes? –

Los pasajeros se dieron cuenta de la intención de Ángel, y volvieron a lo suyo. La estudiante, al igual que los demás, vio la razón de las feas palabras del chico en frente de ella:

- Ya veo…jejeje. Gracias por sacarme del trance, Ángel Lagazzy –

- ¿Eh?. ¿Cómo sabes mi nombre? –

- Tienes una extraña reputación dentro del colegio, Lagazzy. Te llaman “El alma de lobo” porque siempre se te ve solitario. De hecho, hasta hay rumores de que eres un verdadero hombre lobo, y esas cosas sin sentido. Pero en fin, así se de ti –

Ángel no se molestaba por tal apodo, ni por esos absurdos chismes. No tenía amigos en Sagrada alma, por eso salían a la luz esos cuentos:

- Comprendo. Bueno, no es como si fuera mentira lo de ser un verdadero hombre lobo…jejeje. Vamos niña, intentemos encontrar una solución al juego que nos han obligado a jugar –

- Llámame Rebeca, chico soledad –

Ambos muchachos salieron del autobús para observar mejor lo que acontecía delante del ayuntamiento.

En el hotel Prat, que es uno de los edificios aledaños a la plaza de armas, en la cima, un grupo de hombres acababa de armar unos grandes parlantes. Un micrófono que estaba unido a ellos fue entregado a uno de los individuos:

- Hola, hooooooooola mis queridos civiles. Aquí su anfitrión, Septum. Les doy una cálida bienvenida a los presentes en el parque. En especial, al alcalde de la ciudad de Concepción, Reginaldo Montecinos –

Con la llegada del moderador al lugar, la situación se transformaría de una confusión absoluta, a una masacre sin precedentes.

FIN CAPÍTULO 1

Capitulo 2: "Inminente aniquilación"

Spoiler:

- Lo siento alcalde, aún no puedo contactar con el jefe de la policía. –

- Enrico, sigue intentándolo -

- Si señor, lo haré –

El secretario se va de la habitación. El alcalde se levanta de su silla, y se dirige a la ventana. Afuera de ella se ve un conjunto de gente reunida, y coreando su nombre, en busca de una respuesta a lo que sucedía:

(¿Respuestas?. Me gustaría tener una, ciudadanos. Lamentablemente lo único que sé, es que van por mi cabeza)

Después de la transmisión, Reginaldo había recibido una llamada de uno de los supuestos compañeros del terrorista:

- Buenos días alcalde Montecinos. Soy uno de los amiguitos del moderador de Superesse. No piense que es una broma, es un verdadero escenario de un juego. Ahora, sólo lo llamo para ayudarlo. Le daré una información que le servirá para armar su estrategia. Tenga cuidado, su cabeza tiene un precio muy alto. Posiblemente los terroristas vallan por usted. Le recomiendo que se mantenga bien escondido. Sabe, me gustaría que llegara a una fase avanzada, confío en usted –

Por esto, el alcalde intentaba contactar a la policía para protegerse. Extrañamente no se podía comunicar con ellos, y el tiempo transcurría más y más. Una voz se escucha en la plaza. El que hablaba se hacía llamar Septum, y al parecer, era el temible terrorista que estaba obligándolos a jugar. Reginaldo se puso blanco. El tiempo se le acabó.

Septum observaba como la gente del parque volteaba la mirada hacia donde él se encontraba. Ahora que tenía su atención, comenzó a decir:

- No creo que la mejor estrategia sea quejarse con el alcalde. Deberían estar escondidos, rezando para que los terroristas no los encuentren. Bueno, jejejeje, sólo soy un moderador, ¿Qué sabría yo?. ¿Qué? ¿Qué que hago acá?. Como anfitrión que soy, tengo que estar presente en aquellas situaciones donde mucha gente se reúne para…ustedes saben, jejeje. Basta, basta. A veces suelo hablar mucho y me desvío de lo que debo hacer, algo normal. ¡AHOOOOORA! miren esto. Es un control con un único botón en su centro. ¿Su utilidad?. Para darles una explicación simple, esto es lo que los mantiene aún con vida. Una vez que lo presione, mis chicos terroristas podrán entrar en la plaza, y cumplir sus deseos. –

La plaza de armas no era para nada segura. Ángel supo que si no escapaban ahora, la muerte lo alcanzaría de inmediato. El chico le iba a decir a Rebeca que debían subir al autobús, y huir junto con los demás pasajeros. No obstante, ella no estaba:

(Rayos, esta niña si que causa problemas. Probablemente fue al Sagrada alma. Si la voy a buscar, no alcanzaremos a irnos…no importa, siempre he estado solo, nada cambia si ella se va… ¡AAAAAAH! ¿Por qué no puedo dejar a gente que necesita ayuda, a su suerte?)

Ángel comienza a correr en dirección a su colegio, el cual se ubicaba a una cuadra de la plaza. La escuela Sagrada Alma era la mejor evaluada en su región. Tiene un riguroso examen de ingreso, que sólo aquellos capacitados mentalmente pueden superar. Su territorio era bastante amplio, y con una historia increíble. Ángel sabía que sería muy complejo encontrar a Rebeca una vez entre en los territorios del colegio, por eso esperaba hallarla antes de que esta accediera.

Las personas del autobús seguían mirando al terrorista hablar. Uno de los pasajeros, quién era un estudiante de universidad, usaba anteojos y audífonos, apartó a la gente alrededor del chofer, y le dijo:

- Tienes que mover esto ahora. Ese tal Septum no planea nada bueno para los que estamos en la plaza –

El tenista que había explicado la trampa de la multitud, se sumó al estudiante de lentes:

- Pienso lo mismo. Les avisaré al resto de la gente que se bajó. Usted, chofer, volteé el autobús –

Una desganada voz sale del fondo del medio de transporte. Se trataba de una muchacha de colegio, la que vestía ropa muy sombría:

- Muy mala idea. La única forma de salir es por la misma calle de donde llegamos. Y desde acá se ve un gran número de asesinos esperándonos –

Era cierto, los terroristas habían bloqueado la única vía que tenían para escapar. Se encontraban atrapados en pleno parque, con el iniciador del problema.

Septum aún mostraba el control a su público. Al no ver la reacción que esperaba, les gritó:

- ¡IDIOOOOTAS!. Les acabo de dar un tiempo para que se escondieran donde pudieran, y lo único que hacen es seguir mirándome. Suspiro, suspiro, suspiro….está bien. Como soy tan benevolente, contaré hasta cinco…no, diez segundos para que hagan lo que les dije. Una vez finalice, presionaré el botón, y los terroristas podrán venir a la plaza. Tin, tin, tin, tin, empecemos a cooooooooontar. Dieeeeeeeez……-

Martínez sigue intentando convencer al centenar de personas que esto no es para nada una broma, y que huyan. Un mínimo de ellas le creyó. Al oír lo que dijo el terrorista, el policía pensó que entrarían en razón, y desaparecían. Sin embargo, luego del consejo de Septum, el grupo comenzó a abuchearlo:

- ¡CÁLLATE LOCO! –

- ¡NO CREAS QUE NOS AHUYENTARÁS! -

- ¡DAS PENA! –

El villano seguía con el conteo, y Martínez aún no persuadía a los ciudadanos:

- Gente, no es broma. Soy policía, y todos mis compañeros del cuartel están muertos. Necesitan escapar antes de que acabe, o morirán –

Todo intentó fue en vano. Las personas se habían segado completamente al pensar que era prácticamente imposible que un hombre se tomara la ciudad. Desde el momento que cerraron su mente a un posible, se condenaron. El carabinero desistió en su ayuda, ya nada podía hacer. Repentinamente la puerta del ayuntamiento se abre. Un hombre toma del brazo a Martínez, y lo obliga a entrar al edificio. El individuo se identificó como Enrico del Pozo, el secretario de Reginaldo Motencinos, y le dijo que lo siguiera rápidamente. En el trayecto, una fuerte bocina es escuchada. Posiblemente era el fin del conteo, pensó el policía, aún así, seguía caminando detrás de Enrico. Finalmente entraron en una gran habitación, donde el alcalde yacía mirando por la ventana:

- Usted es policía, ¿no es cierto?. Escuché que decía algo de que pasó en el cuartel, ¿Qué fue? –

El capitán sentía que Reginaldo entendía lo que pasaba muy bien. Quería decirle todo, pero la situación no era para eso. Necesitaban apurarse, y esconderse:

- Si, soy policía, y me encantaría explicarle lo del cuartel, pero necesitamos huir, los terroristas vie….-

El vidrio se rompe por una bala. El alcalde tuvo suerte, y no recibió daño alguno. Martínez se dio cuenta del horror que se estaba viviendo en la plaza. Puros sujetos usando trajes ignífugos, con armas en manos, matando a los ciudadanos. Algunos apuntaban hacia el ayuntamiento con intenciones de asesinar al magistrado. Enrico abrió la puerta del cuarto y exclamó:

- Alcalde Reginaldo, oficial, tenemos que evacuar. Síganme a las vías de emergencias –

Dejaron el lugar fugazmente, y siguieron al secretario. Muchos golpes en la puerta de la entrada eran escuchados. Se había vuelto un verdadero infierno.

Ángel había llegado a la entrada secundaria este del colegio, y desgraciadamente no pudo encontrarse con Rebeca. Al parecer, la chica era más rápida de lo que pensaba. El joven se dispuso a buscarla dentro, pero alguien lo detuvo:

- Con que llegando atrasado a clases. Eres igual a la niña de antes, un sin respeto a los horarios establecidos –

El emisor de esto fue uno de los guardias de Sagrada alma, Agustín Rojas. Ángel no entendía la presencia de este aún en la escuela:

- ¿Qué hace acá? ¿No se ha enterado de lo del juego del terrorista? –

- ¿Te refieres a esa tal Supares o algo así?. Jajaja, se pusieron de acuerdo, ¿no?. La niña que pasó me preguntó lo mismo. Ya chico, te dejó entrar, pero que sea la última vez, ¿está bien? –

Si el guardia se encontraba en su puesto habitual. Entonces los alumnos, profesores, conserjes, deberían estar haciendo la vida normalmente. Ángel supo que Rebeca no se quedó intentando salvar la vida de Agustín, porque valía la pena intentar convencer a más personas, como los de adentro, que a una sola, y perder mucho tiempo:

- Gracias guardia…una última cosa. Si ves a alguien con un traje ignífugo. Por favor, no intentes detenerlos, y corre a esconderte. Eres muy buena persona para desperdiciar tu vida ¿okay? –

- Bueno chico. Gracias por tu consejo, y ten un buen día –

Ángel dejó al esforzado hombre atrás, esperando que cuando llegara el momento, actuara correctamente. Con el correr el tiempo, no se veía nada anormal. Esto demostraba que estaban en sus salas cual día común se tratase. Al ver el edificio de enseñanza media, se podía divisar algunos conserjes limpiando, y uno que otro estudiante que no entró a clases, o iban al baño. La situación era espantosa. Si esto seguía de esta forma, una vez que los terroristas invadieran el sector, muchas muertes ocurrirían:

(Diablos, esto es muy malo. No hay tiempo, y todos en este colegio no saben la verdad. Necesito encontrar a Rebeca, y buscar una forma de indicarles a todos, que escapen)

Lo más lógico era que la joven había ido a su salón para rescatar a sus amigas del peligro inminente, pero Ángel no sabia a cual curso pertenecía. Al llegar a ese punto, se detuvo:

(Es verdad. Yo vine para intentar rescatarla del peligro, pero ahora veo que muchas personas pueden ser ayudadas, y ¿sólo me centro en ella?. ¿Qué tiene de especial?...nada. He estado perdiendo mucho tiempo. Tengo que avisarle a toda persona que vea)

Con esta conclusión, Ángel comenzó a decirle que escaparan y se escondieran, a todo alumno y conserje que veía en los pasillos. No tardó en entrar a las salas de clases, donde cada uno ponía atención a lo que su profesor hablaba. Ángel intentó persuadirlos, pero solo recibió insultos y gritos. Aún así, el chico siguió con su plan de alertarlos. Mientras explicaba lo del juego en una de las clases, una fuerte bocina es escuchada. Ángel sabía que nada bueno podía significar. Y el chico tenía razón, esa era la señal de permiso que el terrorista había informado a sus terroristas para acceder al sector. La hora de la primera gran masacre había dado comienzo.

Los pasajeros del autobús, al oír lo del conteo de Septum, escaparon, quedando en plena maquina cinco personas. El chofer, el hombre de casco, el anciano, un hombre de mediana edad, quien tenía un colgante con una gran cruz; y una mujer cuarentona, que era muy formal para dialogar. El conductor no paraba de repetir la misma frase a sus acompañantes:

- Váyanse. Si se quedan, los terroristas no dudarán en matarlos. Yo no me voy. Este autobús es mi vida –

El hombre con protección en su cabeza quería huir, pero no podía dejar a esas cuatro personas morir. El anciano era uno de los que también se opuso a salir:

- Ya verán que todo es una broma. En mis sesenta años, no ha pasado nada como un atentado tan estúpido. Es una broma, si señor, una broma –

La mujer hablaba por su teléfono desenfrenadamente, sin poner ni siquiera atención a lo que sucedía en la plaza. En cuanto el hombre de la cruz, rezaba junto a los asesinados por el tiroteo anterior. El chofer vio que la persona más cuerda entre ellos era el de casco, por eso se acercó a él, y le comentó:

- Hombre, se ve que eres un tipo fuerte. Agarra al viejo, y a la señora, y escapen de acá. El de la cruz se irá una vez rece por todos los cadáveres. Hazlo rápido –

El sujeto aceptó la sugerencia, se agachó, y se echó al veterano a los hombros. Para luego partir por la mujer, a quién tomó del brazo, y la forzó a correr. El anciano le golpeaba la espalda para que lo dejaran bajar, y la cuarentona gritaba asustada. El conductor vio como se alejaban, y empezó su fase de camuflaje. Colocó sus manos en la sangre de los fallecidos, y se ensució la ropa, la cara, los brazos, todo lo que tratara de su cuerpo. El orador vio como esto se cometía, impidiendo mantener silencio:

- ¿Qué se cree que hace?. No tiene ni un respeto por estas pobres almas. Se va a ir al infierno –

A pesar de los fuertes dichos del hombre, el chofer seguía manchándose. Una fuerte bocina suena en la plaza. Era la señal del caos. El conductor se hincó, y terminó botándose en el suelo del autobús:

- Si no quieres morir, hombre de fe, más te vale hacerte pasar por uno de estos cadáveres –

Ha perdido los estribos este pobre sujeto, pensó el orador:

- Dios, apiádate de este ser que no sabe lo que hace –

Acto seguido, se dio vuelta para seguir sus oraciones a las almas faltantes. En ese momento, se percató que alguien lo observada desde afuera. El hombre lo identificó inmediatamente. Era igual al de la matanza de antes. El miedo lo abordó, para terminar cerrando los ojos, y dar un fuerte rezo en voz alta. El traje ignífugo del individuo del exterior fue lo último que vio. Varias balas atraviesan la ventana, impactando en el abdomen, y cabeza del religioso. El cuerpo sin vida cae en frente del chofer, el que intentaba no temblar. Afortunadamente, el terrorista no identificó que alguien se hacía pasar por asesinado, dejándolo con vida. De los veintinueve pasajeros que tomaron el autobús ciento catorce, quedaban veintidós vivos.

El conteo acababa de terminar, y Septum seguía solo recibiendo insultos:

- No puedo creerlo, no puedo creerlo. Por Septum, por Septum. Ciudadanos de Concepción, les di un tiempo que era muy necesario, y no supieron aprovecharlo. Es una pena, esperaba más de mis civiles. Suspiro, suspiro, suspiro….¿qué piensas, Sepsis, de la actitud de ellos? –

Uno de los acompañantes del terrorista, que al parecer era mujer, tomó el micrófono:

- Espero que se mueran todos, sacos de mierda andantes –

Septum le quitó el instrumento:

- Pero ¿cómo tratas a mis jugadores de esa forma?…chica mala, chica mala. Ejem…basta de privilegios. Llegó el momento del primer gran duelo –

El terrorista presiona el botón del control, y un fuerte sonido de bocina sale de los parlantes. Acto seguido, el villano grita:

- ¡QUE COMIENCE LA BATAAAAAAAALLA! –

Ecos de disparos son escuchados por las calles cercanas a la plaza de armas. Un ejército de hombres con extraños trajes venía en camino, y nada los podía detener. Y mientras el temor se apoderaba de cada persona presente en aquel lugar, las fuertes carcajadas de Septum era la música de fondo de la inminente aniquilación.

FIN CAPITULO 2

Capítulo 3: "Escena eterna"

Spoiler:

Soy Cástor Ainardi. Mi vida era la mejor que podías tener. Una vida lujosa, donde comías lo que querías, o jugabas con lo que deseabas. También, un par de padres inteligentes, amorosos, preocupados. No hubiera pedido nada más. Ambos eran astrónomos. Por su trabajo, me dieron el nombre tan fuera de lo común. Cástor es llamada las estrellas gemelas de la constelación de géminis. Los fines de semanas salíamos a observar el espacio con una gran sonrisa en nuestros rostros. Esa fue la época dorada de lo que llevó en mi corta vida. Nada parecía perturbar tales lazos de bondad y amor que nos dábamos entre nosotros, hasta que llegó aquel día. El día donde mis queridísimos padres serían asesinados. Al parecer, un famoso drogadicto, y maleante, recibió una orden para cometer el crimen. Nunca se averiguó quién mandó el pedido, dejando el caso sin respuesta. Me tuve que ir a un orfanato, ya que carecía de parientes por extrañas circunstancias, perdiendo la fortuna. Mi vida pasó de ser el cielo, al infierno mismo. Mis compañeros me golpeaban, torturaban, robaban. Me costó aprender las leyes del más fuerte, pero finalmente lo logré. Me volví frío, violento, iracundo. Todo para poder salir adelante en tal salvaje lugar. Aún así, por las noches lloraba por mis asesinados padres. Al cumplir dieciséis años, pude meterme al mundo del tráfico ilegal. Todo lo que era drogas, armas, hierbas, me encargaba de entregarlo al destinatario correspondiente. A la edad de veinte años ya tenía una gran reputación entre mis colegas, pero lo que no sabían, es que había un motivo de mi arduo trabajo, y era hallar a los asesinos de mis padres. Después de mucho buscar, me enteré de alguien que podía tener información. Para charlar con él, me ofrecí para entregar su pedido, el cual correspondía a una gran cantidad de armas. Me pasaron un gran y pesado bolso. Ahora sólo debía ir a encontrarme con él, en un lugar del centro de Concepción. Tomé el autobús ciento catorce, y me situé en los asientos del fondo. Los pasajeros me miraban por mi apariencia. Vestía una chaqueta que me llegaba a las rodillas. Usaba un gorro, el que era cubierto por la capucha de la chaqueta. Además del gran e inusual bolso que portaba. Era todo un personaje. Un policía que se sentaba en los asientos delanteros me miraba arduamente. Supe que sospechaba algo, pero no tenía ninguna prueba, por ende, me comporté comúnmente. Con el tiempo, dejó de observarme. Mientras me acercaba a mi destino, la radio cambió inesperadamente. Un supuesto terrorista se había tomado la ciudad, y nos quería obligar a jugar un tal Superesse. Hice caso omiso a lo que decía, sin embargo, una fuerte explosión me hizo cambiar de parecer. Al explicar las reglas, y comenzar con el juego, me mantuve calmo. Había una pequeña porción de mí que se negaba a creer lo que sucedía. Veía como las personas de la maquina discutían, lo que me parecía de lo más normal, dada la rara experiencia. Al escuchar la respuesta que recibió el oficial, ya estaba convencido, era real. Lamentablemente no alcancé a actuar, ya que un tiroteo contra el autobús se llevó acabo. Sólo pude inclinarme, y esperar que no me llegara ninguna bala. Gritos y sangre volaba. De repente nos empezamos a mover, dejando al asesino atrás. Al levantar la vista, el horror de la escena me provocó un malestar que por suerte, pude soportar. El autobús se detuvo. El chofer nos había llevado a pleno centro de la ciudad. Los demás pasajeros se levantaron para ver al grupo de gente reunida en la plaza. Yo salí con mi gran bolso, y visualicé lo acontecido. Después de un rato, recobré mi compostura. Ya estaba en el centro, a poca distancia de una posible información para conocer el asesino de mis padres. Ignoré lo que estaba pasando, y me dirigí al lugar estipulado. Una voz se podía oír en el parque, pero no la tomé en cuanta para nada, mi mente estaba centrada en la verdad que podía descubrir. La reunión se llevaría acabo en el caracol, un edificio donde se podía hallar una gran multitud de locales ordenados en la forma del característico caparazón del molusco. En uno de los rincones, un hombre yacía mirando su reloj. Supuse que él debía ser:

- ¿Tú eres el camaleón? –

El sujeto me miró fijamente, y dijo:

- Ya veo. Bien hecho. Pensé que eso de lo del terrorista te espantaría. Me alegro que no haya sido de esa forma. Bien, deja pagarte –

- No quiero ese tipo de pago. Deseo que me renumeres con información –

- ¿Información?. No me parece para nada mal. Entonces, ¿Qué deseas saber? –

- ¿Qué me puedes decir del arresto de tu antiguo colega, Brayan Lopez? -

- ¿Te interesa ese asunto?. Jejeje, hace ya mucho tiempo que no me preguntaban sobre ese tema. Te diré que a Brayan lo engañaron. Nunca pensaron pagarle lo prometido en primer lugar, pero su drogadicción lo había segado. Habría hecho cualquier cosa por un poco más de su vicio. Yo le aconsejé muy bien respecto a los tratos hechos con los “Eses”. En esos tiempos, tener un pedido de ellos significaba siempre terminar mal. Y este no fue la excepción. Una vez Brayan fue a reclamar su premio, los Eses lo delataron con la policía. Extrañamente mi amigo no los mencionó en su defensa –

Había encontrado a los culpables. Ahora necesitaba una forma de comunicarme con ellos:

- Lo último.¿Sabes alguna forma de contactarlos? –

- Es imposible. Al parecer, desaparecieron. Con el tiempo, sus pedidos fueron disminuyendo, hasta desvanecerse al día de hoy –

En ese momento mi amargura me llenó. Ya nunca podría vengarme por lo de mis padres. Todos estos años desperdiciados en un mundo tan bajo como el contrabando, habían sido en vano. Un fuerte sonido de bocina proviene del exterior, haciéndome mirar en toda dirección. Ahí recordé la situación con el terrorista. Unos disparos que venían de afuera podían ser escuchados, los que me hicieron entrar en razón. A pesar de nunca poder vengarme, quería recuperar todos esos años perdidos, y hacer lo que nunca pude por centrarme a este ilegal negocio. Desde aquel momento decidí hacer todo lo posible por sobrevivir.

- Escucharon esa bocina chicos, profesor. No es nada común. Corran con sus familias. No quiero ver morir a mis … -

Un libro fue lanzado contra Ángel sin avisar, seguido de muchos papeles e insultos de los alumnos:

- ¡LOBO LOCO!

- ¡DÉJANOS CONTINUAR NUESTRAS CLASES!

- ¡VETE DE UNA VEZ, MANIACO! -

El persuadirlos resultaría imposible. El profesor de la sala puso su mano en la espalda de Ángel, y lo expulsó del lugar:

- Más tarde hablaré con el Inspector, muchacho –

Luego de esto, cerró la puerta, y prosiguió como si nunca hubiera ocurrido la advertencia. Nada había cambiado, ni cambiaría. La vida de estos chiquillos y adultos sin fe se agotó, pensó el chico:

(Hice todo lo posible…he sacrificado tiempo valioso por intentar hacerlos entrar en razón. Sí, fallé, pero di todo lo que pude. Lo siento compañeros, profesores, conserjes, guardias…y Rebeca. Ahora están por su cuenta)

Ángel decidió escapar de la escuela y huir al autobús. Tal vez ya se habían ido de la plaza, pero era la idea más accesible, si es que quería escapar de la infestada ciudad. Tenía fe en que alcanzaría a llegar.

Cástor y el camaleón bajaron al piso inferior del caracol para ver de donde procedían los variados disparos. Muchas personas se encontraban reunidas en la entrada del edificio por los mismos motivos de los dos. El camaleón se iba a juntar a la multitud, pero Cástor le coge el brazo:

- No vallas. Seguramente son los terroristas –

- ¿Terroristas?. ¿Te creíste lo del terrorista?. Valla, si que has caído en la broma –

- No es para nada una broma. Con solo decirte que vi a gente morir en el autobús que me trajo, debe ser suficiente –

El hombre con apodo de reptil observó fijamente los ojos de Cástor:

- ¿Sabes por qué en más de treinta años no me han atrapado?. Aparte de saber esconderme y camuflarme en diversos ambientes. También puedo distinguir el grado de validez de las palabras de la gente, y déjame decirte que tú no mientes para nada. Sígueme, sé de un buen escondite –

Comenzaron a correr hacia los pisos superiores. En el trayecto podían ser escuchados el griterío de la gente, y los disparos frenéticos de los maleantes:

- Te lo dije camaleón. Y también déjame aclararte que las armas, o cualquier objeto que intentes usar para eliminarlos, no funcionará. Sus trajes son en verdad resistentes. Hasta pueden soportar el peso de un autobús –

- ¿En serio?. Y yo pensaba usar estas bonitas joyas –

Ambos hombres llegaron al piso superior del caracol, donde se encontraba un local que tenía un cartel de cerrado. El camaleón sacó de su bolsillo una llave, la que introdujo en la ranura de la tienda. La puerta se abrió suavemente:

- Sabes chico, este local es mío. Lo uso como almacén y otros asuntos que no vale mencionar –

Cástor entró al lugar, el que estaba lleno de bolsas y papeles tirados. En un rincón, un escritorio con una lámpara se podía divisar:

- Emmm…Camaleón…como que no hay espacio para escondernos. De hecho, hasta podemos ser visto por el gran ventanal –

- No te preocupes. Yo compré esto por una particularidad que tiene, y justamente eso nos ayudará a camuflarnos, tal como un camaleón –

El hombre estiró la mano hacia una pequeña cuerda que colgaba del techo, y la tiró. Una escalera de cuerda cayó por el orificio oculto que al jalar la soga expuso:

- Verás. Si subes por esa cuerda, te llevará al tejado del caracol –

- Verdaderamente increíble –

Cástor fue el primero en escalar al tejado. En cuanto al camaleón, se echó el bolso con armamento a la espalda, y subió con él. La ascendida no era muy larga, pero la estrechez de las paredes provocaba un leve cansancio. Una vez llegaron a lo alto, pudieron presenciar la masacre llevada acabo en la plaza de armas. Cástor vio la asustada cara de su acompañante, y le exclamó:

- Sé que es horrible. Ni siquiera nuestro peligroso oficio nos prepara para soportar la muerte de la gente –

Se observaba desde tan alto lugar, toda la plaza, y sus edificaciones aledañas. El ayuntamiento estaba rodeado de seres con trajes, quienes no podían acceder. Muchas personas corrían a la catedral, pero eran alcanzados por los asesinos, y ejecutados. Al parecer, se habían acuartelado en el teatro concepción, al igual que en el banco. Las galerías comerciales san Martín y Chacón habían sufrido el mismo destino que el caracol. El hotel Prat, donde el terrorista había instalado sus parlantes, y la galería de restaurantes, la que se hallaba al lado del autobús ciento catorce, no podían ser visualizadas con plenitud. Sin lugar a dudas, una escena que nunca podrían borrar de sus pupilas.

Una fuerte explosión es escuchada en el edificio de enseñanza media. Ángel había salido de este unos segundos antes:

(¿Una explosión?. ¿También tienen granadas o algún armamento explosivo?. Bueno, no sería raro, si llevan esos trajes resistentes, se esperaría cualquier cosa. Ejem…da lo mismo, tengo que huir al autobús…si, ya no me importan…les di todo la ayuda posible, ahora se puede salvar solos…¿cierto?)

A pesar de haberse dicho que se iría, Ángel no pudo hacerlo, y volvió a entrar en el edifico. La alarma contra incendios sonaba frenéticamente. Los alumnos y profesores evacuaban como si fuera un simulacro. Los conserjes, y algún que otro estudiante, se dirigieron al origen de la detonación. Al llegar, se impactaron. Un gran agujero se había formado donde se suponía que se hallaba una de las salas. Gritos y disparos provenientes de la entrada principal del edificio podían ser escuchados sorpresivamente. Algunos de los pocos conserjes presentes salieron a investigar el motivo de los alaridos, los otros se dieron cuenta que lo del terrorista era cierto, y escaparon por la salida trasera. Los nueve alumnos que habían ido para ayudar a un posible herido en la explosión, estaban paralizados. Ángel se percató que la entrada principal no era opción para salir:

- Muchachos. Intenté avisarles que no era para nada broma lo del terrorista, pero me ignoraron, y rechazaron. Ahora ya no podemos hacer nada por ellos. Chicos, síganme rápidamente –

De los nueve, seis recobraron la razón. Los otros tres aún seguían conmocionados. Ángel les indicó que los tomaran entre dos, y lo acompañaran. No dudaron en hacerlo, y partieron a la puerta de atrás. Mientras corrían, a Ángel se le ocurrió preguntar por Rebeca:

- Oigan. ¿Alguno de ustedes conoce a una tal Rebeca? –

Una chica del grupo, quien tenía lleno de vendajes los brazos, le respondió:

- ¿Te refieres a Rebeca De la guarda?. No hay alguien que no la conozca, si forma parte del consejo estudiantil del colegio, como vicepresidenta -

- ¿Eh?. Aaaaa…por supuesto, si…de todas formas, ¿en que curso va?. Es que tiendo a ser muy olvidadizo –

Una nueva explosión en el edificio ocurre, pero esta vez, en la entrada principal. Eso significaba que era prácticamente imposible salir por ese lado, y que toda vida en ese sector había desaparecido. Esto hacía que un dolor naciera en el corazón del joven, el cual no disminuyó ni un poco, ni siquiera al notar que habían llegado a la salida trasera. Para su sorpresa, alrededor de cuarenta personas se encontraban en ese lugar. Ángel no tardó en decirles:

- ¿Qué hacen acá?. Salgan rápido, o los terroristas nos alcanzarán –

Un profesor que usaba un largo delantal blanco, y fumaba, le dijo sarcásticamente:

- ¿Crees que si pudiéramos hacer eso, seguiríamos acá?. Un gran grupo salió antes que nosotros, muriendo todos antes de poder llegar a los gimnasios de enfrente. Hay un francotirador en algún lugar, y es muy bueno –

Habían llegado a un punto muerto. Ambos lados estaban bloqueados. No tenían como escapar de la muerte. Ángel se acercó a una de las ventanas por donde se podían divisar los gimnasios, con intención de pillar al temido tirador, sin dar frutos. Uno de los chicos que llegó con Ángel, de pelo largo y lentes, se rió:

- Jujuju. Parece que sus inútiles cerebros no pueden encontrar la respuesta a este dilema. Deberían alabar a su suerte de que yo, el gran Xavier Uribe, el más inteligente de Sagrada alma, esté de su lado –

Cada uno de los presente lo miró con cara de pena. Aún así, lo dejaron continuar:

- Como él que sabe todo sobre todo. Déjenme decirles uno de los secretos de este colegio. Tiene varios pasillos subterráneos, y justo uno de ellos va de este edificio, hacia los gimnasios aquellos –

No era muy fiable lo informado, pero uno de los cuatro conserjes presentes, quien era el mayor del grupo, lo aseveró:

- Por dios, tienes razón chico. ¿Cómo no se me había ocurrido antes?. En el pequeño subterráneo de este edificio se encuentra la entrada a ese pasillo. Y para nuestra fortuna, justo poseo la llave de la puerta –

Una alegría era visible en cada rostro. Muchos le dieron palmadas en el hombro a Xavier. Había nacido una esperanza a tan mala situación, y no negarían en tomarla. Todos se dirigieron donde se suponía que yacía la entrada a la libertad, y efectivamente ahí se encontraba. El conserje tomó la llave, y la introdujo. La puerta rechinó al abrirse, dejando al descubierto la salvación. Ahora debían cruzar, y buscar la forma de huir de la escuela. De pronto, una voz es escuchada por los parlantes que se usaban para transmitir noticias y avisos:

- Alguien…alguien ayúdenos…por favor…no podemos salir…se lo suplicamos –

Ángel no podía creer lo que oía. Era la vez de Rebeca, quién desesperadamente pedía ayuda. Él no podía abandonarla:

- Chicos, necesitamos ir en su búsqueda –

No obtuvo ninguna respuesta debido a lo peligroso de la situación. Al usar el comunicador como medio de solicitar auxilio, los terroristas irían a matarla, por ende, era como ir a encontrarse con ellos. Ángel entendía eso muy bien, por eso no insistió:

- Esta bien, chicos, los comprendo. Ustedes váyanse. Los alcanzaré una vez me junte con las chicas –

Ángel salió corriendo a los pisos superiores del edificio, donde se encontraba la sala de audio:

- Pensabas ir solo, chico lobo –

- Eres buena persona, ¿no?, lobín –

- …. –

Tres personas aparecieron detrás de él para unírsele en la ayuda. Estos eran un chico pelirrojo; la misma chica de los vendajes en los brazos; y un tipo con un pañuelo que le tapaba la boca. El equipo de rescate se había formado.

FIN CAPÍTULO 3

por Nhamelex 3 "Reto Tokio" Sáb Abr 14, 2012 4:12 pm

es interesante la historia y al parecer puede llegar aser muy buena solo quisiera que los demas capitulos sean un poco mas extensos.

Espero el proximo

por Nhamelex 3 "Reto Tokio" Sáb Abr 14, 2012 4:17 pm

en total contando: historia, personajes, etc. Te pondria un 9.6

por incesTales Sáb Abr 14, 2012 8:52 pm

Era un prologo, por eso lo corto. Supongo que los capítulos me saldrán mas largos. Iré agregando los capítulos en este post para no desordenar mucho el asunto. Creo que es la mejor forma de mantener una buena organización

por Nhamelex 3 "Reto Tokio" Lun Abr 16, 2012 1:42 pm

este capitulo fue estupendo tienes gran talento espero que los demas capitulos sean igual de buenos y extensos.

por incesTales Mar Abr 17, 2012 5:09 pm

Coloqué el nuevo capítulo, y con ello, dos mapas que serán útiles para no perderse en el transcurso de la historia.

por elrickyronal Mar Abr 17, 2012 8:13 pm

Bueno yo te voy a ser sincero nose si te pueda agradar mi critica porque no todo el mundo le gussta la verdad por eso me da miedo serte franco pero estas seriesita esta

GEEEEEEEEEEEEEEEEEENIIIIIIIIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAALLL SUUUPEEEERRRR
esto esta super, espectacular, magnifico ...... me e quedado sin palabras Shocked

por Alanmax Mar Abr 17, 2012 8:31 pm

Tu historia es muy buena broo y lo mejor que esta ambientada en el sur de chile al igual que la segunda temporada de mi comic

por carlos_eduardo Vie Abr 20, 2012 11:37 pm

muy buena historia no pude dejar de leer hasta que habia acabado de leer los tres capitulos que llevas XD
en lo personal me encanto el personaje de "Septum" un poco loco y sadico ojala puedas ahondar mas en su personaje

por incesTales Sáb Abr 21, 2012 4:28 pm

carlos_eduardo escribió:muy buena historia no pude dejar de leer hasta que habia acabado de leer los tres capitulos que llevas XD
en lo personal me encanto el personaje de "Septum" un poco loco y sadico ojala puedas ahondar mas en su personaje

Como cualquier antagonistas principal, ya tendrá sus momentos y profundidad en su respectivo momento.

por Ankuam Kaze Lun Abr 23, 2012 12:15 am

me gusto mucho to historia tienes gran talento sigue asi

por Merlin el Debianita Lun Abr 23, 2012 11:46 am

Hasta el momento la mejor historia que he leído.

Me parece genial sigue así.

por Kuro no Tenshi Sáb Abr 28, 2012 12:54 am

A decir verdad solo he elido el prologo, pero esta genial!, esta idea que has tenido me encantó, Pero una pregunta........es que soy novato en esto de los foros, ¿alguien me explicaria como puedo subir el segundo cap de la historia que estoy creando? ¿o como alterar una historia ya escrita (si es que se puede)?

Spoiler:

por Merlin el Debianita Sáb Abr 28, 2012 9:42 am

Kuro no Tenshi escribió:A decir verdad solo he elido el prologo, pero esta genial!, esta idea que has tenido me encantó, Pero una pregunta........es que soy novato en esto de los foros, ¿alguien me explicaria como puedo subir el segundo cap de la historia que estoy creando? ¿o como alterar una historia ya escrita (si es que se puede)?

Spoiler:

Donde respondiste solo dale click en botóncito azul que dice editary ahí podrás hacerlo.

por Antihero Jue Mayo 03, 2012 2:28 pm

Caundo empece a leer el prologo pense que solo me quedaria alli, pero al terminarlo y llegar a la mitad del primer capitulo, no pude hacer mas que seguir leyendo hasta el 3ero, inmediatamente voy por los siguientes Very Happy

Muy buena historia!!!!

por Yukio Sáb Mayo 19, 2012 12:42 pm

Esta increible la historia, ademas que con los mapas de conce se entiende mas xD La histora esta interesante, me gusto. Ahora me voy a poner a leer el capitulo 4- 5 -6 Very Happy

PD: yo tambien soy de conce :3

por incesTales Sáb Mayo 19, 2012 5:09 pm

Yukio escribió:Esta increible la historia, ademas que con los mapas de conce se entiende mas xD La histora esta interesante, me gusto. Ahora me voy a poner a leer el capitulo 4- 5 -6

PD: yo tambien soy de conce :3

En serio eres de conce?. Que coincidencia xD. En verdad hay arta gente de chile en el foro, pero primera vez que conosco a alguien de mi misma ciudad. Viva el sur cheers

por chicoanime Lun Mayo 21, 2012 11:27 am

guau esta genial me encanta luego leere los demas buen trabajo tales me perdia una gran historia

por Cloud Sullivan Sáb Jun 02, 2012 9:18 pm

Te inspiraste compañero... seria una excelente publicacion

por akirai Lun Jun 04, 2012 3:13 pm

Grandioso Fantástica Me Gusto Mucho No La Avía Leído Antes Por Que Era Mui Larga pero Ahora Al Leerla Admito Que Soy Tu Fans Mui Buena Leeré Los Qe Siguen >< Eres Muy Talentoso n.n

por fredy (señormisterio) Dom Jun 17, 2012 3:38 pm

en verdad eres interesante nunca abia visto una persona que escribiera tan bien y que en ningun momento perdiera la coordinacion con tantos personajes, no se en verdad que decir como los a hecho

por incesTales Lun Jun 18, 2012 4:07 pm

señormisterio escribió:en verdad eres interesante nunca abia visto una persona que escribiera tan bien y que en ningun momento perdiera la coordinacion con tantos personajes, no se en verdad que decir como los a hecho

En verdad es difícil hacer que todo concuerde. Como ya te habrás dado cuenta, muchos personajes implican muchos sucesos simultáneos. No te podría decir como lo hago, porque ni yo lo sé xD. Aunque en muchos personajes ya tenía planeado su recorrido desde el principio, y eso ayuda bastante.

por Ren Vie Jun 22, 2012 11:09 pm

Wow tales , esa idea del terrorista es buenisima estare atento

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Critica

buena historia!!

Exelente

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Buena Historia

ayuda al novato ¬¬

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