El Deseio de Vivir - Capitulo 1

Notas:

Hola, Bueno pues este es el primer capitulo de una serie que planeo sacar con regularidad, dando hincapié, en hacer capítulos relativamente cortos de 1 o 2 paginas, el estilo que manejo es el de primera persona, y por cierto, esta tendrá una alta dosis de Corsover, en capítulos posteriores, mas sin embargo buscare también dar muy buenas peleas, sin descuidar el misterio, así que sean bienvenidos al mundo donde las limitantes no son mas que un mito, espero y disfruten su lectura.

Sinopsis:

Naksu Sivid, es un chavo de 18 años de edad, al cual le han estado llegando unas extrañas cartas durante un mes, el en un principio piensa que lo mejor es ignorarlas, pero en cierto momento su curiosidad lo sobrepasa, y busca sobre todo saber el detrás de esas cartas, y es hay donde su vida cambia para siempre, al salir en la madrugada en búsqueda de respuestas.

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Redacción:

¿Cuánto pagarías por una aventura?, ¿hasta que punto eres capas de llegar solo por escapar de la rutina?, o es que tienes miedo a lo que pueda pasar, a lo mejor, sientes pánico de solo pensar en las consecuencias, es posible que digas que no vas a arruinar toda tu vida solo por un momento de emoción…
La luz de la calle parpadeaba rápidamente, la ciudad dormía apacible, bajo los rayos de la luna, yo por otra parte caminaba temeroso a través de la noche, cada calle o avenida estaba completamente vacía, después de todo eran las 2 de la mañana, en una pequeña ciudad, lamentablemente no tenia la suerte de poder dormir, no esa noche, hace poco unas extrañas cartas comenzaron a llegar a mi “Calle Libertad #3365 3:25 am”, decía cada una de ellas, durante un mes, 6 o 7 cartas iguales aparecían, en cualquier parte de mi día, en mi casillero, en mi cajón de ropa, entre el teclado y la pantalla de mi portátil, en un principio lo ignore, pero lentamente mi curiosidad fue creciendo, al punto de no poder conciliar el sueño, tenia que saber el porque de las cartas, se que probablemente termine muerto o tal ves no pase absolutamente nada, pero tenia que saber, obviamente ya había visitado ese lugar de día, no es mas que una casa normal con una familia normal, por lo que pude apreciar, cierto perdonen mis modales, mi nombre es Naksu Sivid, tengo 18 años y estudio el ultimo año de preparatoria, no me pidan que le describa mas de mi vida ya que simplemente los aburriría con cosas que probablemente vivieron o viven o vivirán, así que ¿para que perder el tiempo?, lo único que les voy a decir es que lo que estoy a punto de contarles en verdad paso, y es cuestión de ustedes creer mi historia.
Mis pasos asían eco a la distancia, y yo comenzaba a ponerme nervioso, en aquel momento no sabia que pensar, pero ya me había decidido a ir al lugar donde las notas decían a la hora que indicaban, mire mi reloj un momento 3:05 am, tenia aun veinte minutos y ya estaba a solo una cuadra de mi destino, mi corazón comenzaba a agitarse y mi garganta a secarse, cuando me tropecé con aquella chica, era hermosa no había duda de ello, tenia el cabello café hasta los hombros el cual enmarcaba una cara delicada y fina, mas sin embargo tenia los ojos rojos, y marcas de lagrimas en las mejillas, la chica me miro a la cara y me sujeto de la camisa, yo en ese momento no sabia que hacer sus acciones me toman por sorpresa y por alguna razón no sentía que aquella chica pudiera hacerme daño, y mucho menos una ves que la mire a los ojos, su mirada revelaba tristeza y angustia, sentía como si esos hermosos ojos cafés devoraran mi alma, la chica me dijo en voz baja y entre pequeños sollozos.
- Ne… Neksu, por favor regresa, ¡Por Favor!
Su palabras estallaron en lagrimas y después me abrazo fuertemente, yo no tenia la menor idea de lo que estaba pasando, ciertamente era demasiado para mi, mi mente estaba completamente en blanco y no podía pensar en nada, pero en ese momento la voz de otra mujer, se acerco desde las sombras, y en un tono autoritario y firme dijo:
- ¡Niña! ¿Que crees que estas haciendo?
- ¡Maestra Chao! – grito la chica soltándome rápidamente de la playera dejando atrás solo una gran marca de lagrimas - ¿Cómo me encontró?
- Eres la persona mas predecible que conozco, apenas ves la tormenta y buscas la manera mas fácil de escapar, ahora aléjate de el, antes de que hagas mas daño.
- Pero maestra, no puedo permitir que las cosas sigan como están, ya que yo, yo – las palabras eran apenas entendibles entre sus lagrimas, era obvio que aquella chica sea quien sea, estaba en vuelta en la tristeza mas profunda que yo, haya visto. - ¡Lo amo!.
Sus palabras fueron como un balde de agua helada, hay estaba yo viendo a la chica mas hermosa que haya visto, bañada completamente en lagrimas, gritando que me amaba, ciertamente que podía hacer, las palabras se atoraban en mi garganta, y mi cerebro simplemente no reaccionaba, así que hice lo único que se me ocurrió, estire el brazo, intentando agarra a la chica del hombro para llamar su atención y justo en el momento, una bola de fuego cayo del cielo, pude sentir como el fuego quemaba rápidamente la palma de mi mano, el dolor me hiso gritar fuertemente e hincarme en el piso, la llamarada duro solo un par de segundos, pero el humo, dura casi un minuto, era completamente espeso, no alcanzaba a ver mas haya de mi nariz, yo solo podía soltar pequeños gemidos de dolor, mientras hacia el intento fallido de ubicar a la chica, para ver si se encontraba bien, pero cuando el humo se disperso, ella ya no se encontraba, mas sin embargo estoy completamente seguro que me pareció escuchar unas palabras que parecieron que el viento cargaba con tristeza - ¿es que tu no me amas? – estaba completamente en chok, mi mente intentaba de juntar todas las ideas rápidamente, pero por mas que lo intentaba, no podía sacar una conclusión, fue cuando el dolor de mi palma bajo ligeramente, y por instinto mire el reloj 3:28, la hora había pasado, y no podía evitar preguntarme, si es que esa chica era quien enviaba las cartas, mas sin embargo la noche estaba lejos de terminar, a la distancia escuche como unos carros se derrapaban sobre el pavimento, llámame idiota, pero no pude evitar acercarme a la orilla de la cuadra, al asomarme puede ver a tres carros rodeando a un hombre, justo enfrente de la casa donde decían las cartas, de los vehículos 8 hombres vestidos completamente de negro, y usando las mascaras mas grotescas que jamás en mi vida haya tenido el placer de contemplar todos eran completamente blancas, con distintos diseños, entre las que recuerdo había una con una extraña sonrisa pintada con tinta, pero donde debían estar los ojos, había dos manos de bebe saliendo de ella, la forma en la que se encontraba diera la impresión de que era un pequeño suplicando por auxilio, otra mas tenia una enorme nariz casi de un metro de largo, y resto de la mascara pareciera que se encontrara completamente cortada y vuelta a unir con hilo, fue cuando el único de los individuos que llevaba un sombrero de copa dijo en voz alta, a tal grado que pude escucharlo sin dificultad.
- Has desafiado a la Academia, Henrry, ¿sabes lo que eso significa?.
- No me hagas reír, yo fui quien te matriculo, conozco mas de tu mentada Academia, que lo que tu llegaras a conocer en toda tu vida. – Contesto el hombre que se encontraba rodeado. – Mi sacrificio es mas que necesario y lo sabes.
- Entonces sabes exactamente a que hemos venido.
En ese instante un rayo cayo justo encima del hombre al que llamaron Henrry, el hombre se desplomo, mientras sus ropas comenzaban a arder, Al instante los enmascarados, subieron a sus carros y huyeron del lugar rápidamente, por fin pareció que un poco de sentido común se apodero de mi y decidí darme media vuelta para regresar a mi casa, y buscar, pensar con claridad, pero el destino caprichoso tenia otros planes para mi, ya que justo cuando me di la vuelta un grito muy agudo llamo de vuelta mi atención.
- ¡Maldita perra!
Junto al cadáver de Henrry se encontraba un niño, el cual vestía una chamarra azul, una bufanda blanca y gorra que hiciera juego, su cabello era completamente blanco, y sus ojos de un fuerte color escarlata, el chico voltio precipitadamente hacia mi, y sonrió, puede ver que sus labios se movían pero no logre escuchar que decían, el chico alzo la mano y después me grito.
- ¡Hey, tu!, mocoso, tal ves esto pueda explicar un poco las cosas.
Con la misma mano que alzo, me aventó algo que parecía ser un pequeño pergamino, el cual atrape como pude con la mano que no tenia quemada, me distraje por medio segundo viendo el pergamino, y cuando volví a alzar la vista, el niño había desaparecido.