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Capítulo 7 El Dios de la Luna Negra

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Capítulo 7 El Dios de la Luna Negra Empty Capítulo 7 El Dios de la Luna Negra

Mensaje por Maseru Lun Ago 13, 2012 2:32 pm

Despues de mucho tiempo aqui os cuelgo un nuevo capitulo, un poco floo pero bueno espero que os guste ^^

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Alanna se apoyó en la barandilla de piedra de aquel balcón, se había alejado de la fiesta para poder tomar un poco el aire de la madrugada, estaba cansada y los ojos se le cerraban solos, además su padre había insistido en que ya era hora de que comenzara a probar el vino ya que alguien de su estatus debía beber un poco al menos en las cenas de gala, solo había bebido media copa y ya le estaba sentando mal, no le gustaba para nada el alcohol. Suspiro mientras miraba el cielo nocturno, las estrellas estaban desapareciendo del firmamento mientras la oscuridad se desvanecía, era la señal de que el amanecer se acercaba y con él el final de aquella aburrida fiesta. El vino la había echo desentenderse un poco del asunto de su hermano mientras comenzaba a trasladarla a pensamientos de menos importancia, pensaba en ser Hijo del Sol, en su hermano mayor del que solo recibía noticias eventuales desde el frente, en aquel chico que había tocado el violín y en sus ojos rojos, en…

-¿Preparada para ver el amanecer, princesa?

Alanna sonrió, como si sus pensamientos lo hubieran invocado allí estaba de nuevo el, el chico de cabellos plateados y ojos azules, con su sonrisa y vistiendo un elegante traje. Se acercó hasta que estuvo a su lado y se apoyó en la barandilla como ella lo estaba haciendo.

-¿Vienes a felicitarme por mi victoria?

-No, felicitarte por algo que ya eras desde tu nacimiento es bastante tonto, solo he venido a contarte un cuento.

-¿Un cuento? No soy una niña pequeña para que me vengas con este tipo de cosas.

-En cierto modo si que lo eres.

-¡Oye!-Le reprendió la chica mientras le daba un codazo que el chico recibió sin inmutarse.

-Vale, esta bien… hagamos un trato, yo te cuento la historia y luego… te diré como me llamo ¿Te parece bien?

Alanna se quedó mirándolo un rato, tratando de averiguar cual era la trampa en aquello que el chico le proponía, pero finalmente asintió con la cabeza y se apoyó de tal forma en la que se sujetaba la cabeza con las manos mientras el chico relataba la historia. El peliplata miró durante un segundo la luna que desaparecía antes de iniciar su relato.

“Cuentan que al inicio de los tiempos cada cosa de la creación tenía un dios asignado que lo controlaba y decidía su destino, la tierra, los arboles, el fuego, el viento, el agua… todo en este mundo tenía un dios que lo vigilaba. Los dioses eran seres con gran poder que los humanos no éramos capaces si quiera de imaginar, pero sobre ellos existían los dioses superiores que se encargaban de vigilar el trabajo de sus hermanos, eran los dioses más importantes y cuyos dominios englobaban los campos de otros dioses, entre estos dioses estaban los que gobernaban sobre los astros y que observaban a Terra desde las alturas. El dios del Sol, majestuoso y brillante era uno de los dioses más adorados y su culto a llegado hasta esta época luego estaba los dos dioses de la Luna, dos dioses mellizos que siempre iban juntos a todos lados, mientras que una era pequeña y de una pureza sin par, su hermano era tan gigantesco como el Sol y de un corazón tan negro que ni la luz que este proyectaba lograba atravesar sus sombras. Se dice que los dioses, aburridos de vigilar el mundo desde las alturas se encarnaron en cuerpos humanos para vivir la misma vida que los mortales sin perder sus gigantescos poderes. El Sol se erigió como rey de un pequeño país llamado Victaerus y gracias a su inmenso poder unió a todo el mundo en una misma nación, su imperio no conocía límites hasta que se intento extender a lo largo del mar y se encontró con la enorme isla de Serlim, también conocida como la isla de la Luna. Allí los dioses mellizos tenían su propio reino y su poder era equivalente al del dios Sol, el conflicto estuvo a punto de estallar pero la diosa femenina de la Luna se ofreció a casarse con el Sol para que ambos reinos se unieran y de ese modo así se evitara la guerra, desde que la melliza se unió al Sol fue conocida como la Luna Blanca ya que la luz del dios Sol hizo que su piel blanca como la nieve brillara con fuerza. Pasaron los siglos y la Luna Blanca le dio a su marido cinco hijos, cada uno de ellos representaba cada una de las facetas de la Luna cuando la luz del Sol impactaba en su superficie. El primero de todos era el más brillante, valeroso, leal al Sol y cuya bondad no conocía límites, era un guerrero exterminador del mal, el segundo era un estudioso, serio y reflexivo solo pensaba en el bien del reino y de su padre pero para ello estaba dispuesto a tomar cualquier camino que fuera necesario, el tercero era el más travieso e infantil de todos, no le importaba el reino ni sus padres, solo se importaba a si mismo, el cuarto era un hijo caprichoso y malvado que abusaba de su posición social para su propio beneficio pero su cobardía no conocía límites y en seguida pedía perdón cuando su padre o sus hermanos mayores trataban de reprenderle, finalmente estaba el más pequeño de todos que nació sin cordura, cometió grandes atrocidades por lo que al poco tiempo de nacer fue expulsado del reino del Sol para que no causara más problemas. El Sol vio que ninguno de sus hijos eran verdaderos soles, sino lunas y conforme fueron naciendo el amor hacia su esposa fue decayendo y con el nacimiento del hijo loco el Sol anuló el matrimonio, casándose con una humana y encadenó a la Luna Blanca a las estrellas para que siempre estuviera en el firmamento y nunca más bajara al mundo humano. Cuando el hermano de la Luna se enteró del ultraje a su hermana, alzó en armas a los ejércitos de la isla de la Luna y surcó los mares para enfrentarse al dios Sol. La guerra fue terrible, el impacto de fuerzas destruyo países enteros y civilizaciones tan antiguas como el hombre desaparecieron de la faz de la tierra, los dos hijos mayores de la Luna Blanca se unieron a los ejércitos de su padre mientras que los dos menores se aliaron con su tío, el hermano mediano simplemente observaría el conflicto sin intervenir. El conflicto duro siglos enteros hasta que el resto de dioses vio que aquel conflicto era un peligro para la misma Terra por lo que intervinieron en el conflicto destruyendo a ambos ejércitos al mismo tiempo, el dios de la Luna Negra viendo como su fin se acercaba escapo con sus sobrinos siguiéndole, tanto buscando su protección como persiguiéndole para darle su castigo mientras que el Sol recibiría le mismo castigo que a su anterior esposa y sería encadenado a las estrellas sin poder intervenir de nuevo en el mundo. La Luna Negra viajo al sur, lo más lejos que pudo, hasta que llego a las selvas del sur, lugar donde habitaba el pueblo de Azorious, los hijos del dios de la vida y la muerte, quienes rigen el destino del mundo y de los seres que vive en el. La Luna Negra pidió a los azorios que cambiaran su destino para que jamás muriera hasta que cobrara su venganza contra la descendencia del Sol, nadie sabe porque los azorios lo permitieron pero cambiaron el destino de la Luna Negra. Cuando llegaron sus sobrinos, se vieron involucrados en el ritual de los azorios viendo su destino también alterado, la Luna Negra entonces consumió su esencia provocando una gigantesca explosión que acabaría con todos ellos incluidos los únicos que podían volver a cambiar el destino de aquel dios, solo uno de ellos sobrevivió y llegó ante los muros de Victaerus antes de caer, su profecía sería recordada por todos, una profecía que aseguraba que cuando el Sol dejara de brillar el mundo sería sumido por las tinieblas del Dios de la Luna Negra.”

El silencio sobrevino cuando el peliplata se calló. Alanna lo miraba entre sorprendida y asustada, era solo un cuento pero las palabras de aquel hombre sonaban reales, demasiado reales. El chico sonrió de lado mirando su cara y se separo de la barandilla mientras se giraba hacia la puerta del balcón y comenzaba a marcharse de allí. Alanna lo siguió con la mirada mientras las primeras luces de la mañana asomaban por el horizonte. El chico se detuvo antes de entrar.

-Mis hermanos me llaman Zexion… tu también puedes llamarme así.

Dijo antes de marcharse por fin, mientras toda la gente en el interior emitía una ovación al mismo tiempo que el sol salía de su escondite por fin. El amanecer había empezado y las sombras que ocultarían el sol llegarían en poco tiempo.

El día siguiente sería conocido como el día de los soles muertos, donde 200 futuros hijos del sol se presentaron ante palacio y fueron masacrados por una sola persona ante los atentos ojos del pueblo de Victaerus.
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Capítulo 7 El Dios de la Luna Negra Empty Re: Capítulo 7 El Dios de la Luna Negra

Mensaje por -Hatsui- Mar Nov 13, 2012 11:22 am

Una genial historia, realmente debo agradecer a quien me la recomendó xD y también al autor por haberla compartido con nosotros...

Al principio estuve acomplejado y fui un poco recio con la forma que posee el relato, pero cuando ya por fin logré acostumbrarme y la historia comenzó a tomar forma, creo que para mi sorpresa fui realmente cautivado por ella...

Gran trabajo, no se sí exactamente termina aquí o simplemente fue pausada, pero de todos modos agradezco los capítulos... Saraba da
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