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Capítulo 2 El Dios de la Luna Negra
+2
chicoanime
Maseru
6 participantes
Página 1 de 1.
Capítulo 2 El Dios de la Luna Negra
Bueno, nuevo capítulo, me gustó como empecé detesto como acabé xDD Lo cierto es que no es uno de mis escritos favoritos esté y solo presento a otro de los que podrían calificarse como personajes principales (Aunque aun esta por ver si tendrá mucha importancia) A partir del siguiente intentare de que todo vaya tomando al menos una dinámica más activa, ya sea por combates o por desarrollar algo más las relaciones entre pjs, a la trama aun le queda un poco para ser revelada xDDD Espero que os guste ^^
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Fred abrió la puerta lentamente mientras los sonidos de los golpes de madera contra madera le daban ya una idea de lo que podía encontrar dentro de su casa. Atravesó el umbral de la puerta y la cerró mientras unos gritos incoherentes le daban la bienvenida a su hogar. Sonrió mientras tiraba la capa sobre una silla y se quedaba quieto en mitad del recibidor escuchando la sinfonía de ruidos, venían del almacén de al lado, como todas las tardes cuando regresaba de la ciudad estaban allí, una especie de bienvenida para él. Desde que aquel chico había llegado a su casa hace ya un año no paraban, su padre era un compañero de negocios suyo pero vivían lejos de la capital y cuando el chico le dijo a su padre que quería ser un Hijo del Sol, enseguida pensaron en mandárselo a él, por supuesto Fred no se había negado, el chico le caía bastante bien y desde que lo tenía en casa se notaba más viva, al fin y al cabo sus hijos ya eran mayores y ahora vivían sus propias vidas, uno en la capital y los otros dos en el extranjero.
-¡No te quedes quieto imbécil! ¡Usa los pies! ¡Si te quedas quieto pierdes!
Fred rió, había escuchado mucho esas palabras, el chico era bastante duro de mollera y le costaba aprender de sus errores, le gustaba intentarlo a su manera hasta que todo saliera como a el le gustaba. Disfrutó unos minutos más de los sonidos y los gritos mientras se preparaba una pipa y solo una vez la hubo encendido y hubo dado la primera calada volvió a caminar hacia la entrada directo al granero, le gustaba ver el espectáculo en primera fila.
Abrió la puerta del almacén de al lado de la casa, todo estaba como siempre, con todo lo amontonado formando montañas pegadas a las paredes de aquella enorme habitación y en el centro siempre las mismas dos personas peleando. Un chico joven de apenas 16 años, alto y fuerte, de pelo color caoba y ojos verdes, en sus manos llevaba dos palos cortos de madera que imitaban a dos espadas, en su rostro se veía la rabia contenida de alguien al que las cosas no le estaban yendo muy bien y atacaba con todas sus fuerzas. Al lado contrario había una mujer delgada, con el pelo color cobrizo y corto, los ojos de color lila y con la pupila ligeramente rasgada, en su rostro había otro tipo de ira, un enfado contra el chico que tenía delante por ser tan testarudo, un solo palo más largo que los que llevaba el chico se movía con una gracia inusitada, desviando los golpes del chico. Fred se quedo en la puerta observando aquel combate, estaba a punto de terminar, estaba seguro de ello. La mujer con dos rápidos golpes hizo que soltara una de las espadas, que la rodilla tocara tierra y que su espada acabara a escasos milímetros de la cabeza del chico, ahora solo se escuchaban las respiraciones agitadas del chico, la mujer apenas mostraba símbolos de cansancio. Se quedaron quietos en aquella posición unos segundos antes de que la mujer empujara con su pie descalzo al muchacho consiguiendo que cayera de espaldas a la tierra.
-¿Qué intentas? ¿Dar golpes hasta que por suerte le des al rival? Si en este año solo has aprendido eso no harás nada más que el ridículo en la prueba.
-¡No hago eso!-Se quejó el chico mientras se levantaba y arrojaba la otra espada al suelo-Es solo que…
-¿Qué?
-¡No dejas de insultarme y corregir todo lo que hago, me pones nervioso!
-¿Y?-Dijo impasible la mujer, su mirada cortaba como un cuchillo-¿Si un rival te insulta harás idioteces hasta morir?
-No, yo…
-Piensa un poco, siempre te digo lo mismo-Le interrumpió la mujer antes de girarse hacia Fred por primera vez desde que había entrado-Tomaremos un pequeño descanso.
-Ve a beber agua y trae un poco para nosotros, Ken.-Intervino Fred.
El chico miro al hombre que le había acogido en su casa y asintió con tristeza, aunque era un chico duro las palabras de aquella mujer siempre le lograban hacer daño, Fred le sonrió mientras le daba unas palmaditas en el hombro al pasar, el chico al parecer no lo vio pues continuó su camino fuera del almacén sin decir nada más. Ambos contemplaron su marcha hasta que Fred suspiro y se giro hacia la mujer de cabellos cobrizos.
-¿No estás siendo demasiado dura Shezza? Acabarás con el chaval antes de que pueda participar.
-Fred… sabes muy bien que la prueba no es ningún juego, Ken lo sabe pero parece que no se da cuenta de lo que significa.
La primera parte de la frase se le clavó en el alma a Fred, su hijo mayor había perdido una pierna cuando trató de hacer la prueba para llegar a ser Hijo del Sol, fue un gran golpe para todos. Fred asintió en silencio, comprendía en parte lo que quería decir Shezza pero se había encariñado con el chico y no le gustaba verlo tan decaído.
-Queda una semana-Continuó Shezza-Ken es muy fuerte para su edad por eso hemos ahorrado tiempo en fortalecer su cuerpo, también aprendió rápido los movimientos básicos… pero no tiene cabeza ni autocontrol y eso es lo que hace falta en la prueba al fin y al cabo.
-¿Es apto?
La pregunta surgió casi al mismo momento que Fred terminó de hablar, Shezza miró al hombre de cabellos claros durante un buen rato y en sus ojos había algo parecido a la compasión.
-Lo es tanto como lo eres tu o cualquier otro… todo depende de si la suerte quiere sonreírle durante la prueba.
El silencio se hizo al instante, Fred se rascaba la barba rubia mientras daba una nueva calada de su pipa… el jamás había intentado hacer la prueba pero sabía que su anima era como el de cualquier persona normal, era algo común, Ken iba a jugarse la vida por una posibilidad muy lejana, la prueba jamás era una broma.
-Si le toca otro chico como él no le pasará nada ¿Verdad?
-¿Con otro chico común? No, el es capaz de sobrepasar eso fácilmente… el problema son los chicos cuyos padres sean Hijos del Sol… contra ellos posiblemente no podría hacer nada.
-Este año participan los hijos del rey…
Shezza asintió levemente mientras se agachaba para recoger del suelo las espadas que Ken había tirado y las dejó sobre uno de los muchos baúles amontonados junto a la suya, se dirigió a la entrada mientras se despedía con la mano de Fred.
-Haremos otro entrenamiento, lo mejor será que descanses y no pienses en ellos hasta dentro de una semana, el chico estará bien yo me encargare de ello.
Fred la vio marcharse en silencio y se quitó la pipa de los labios, confiaba en aquella mujer para enseñar a Ken, la había visto combatir y ella le había salvado la vida en un par de ocasiones mientras transportaban mercancías por el Mar Interior y algunos piratas se habían aventurado a atacarles, pero de una forma u otra no podía estar tranquilo al pensar en el día de la prueba, el recuerdo de su hijo sangrando por el muñón al que antes estaba unido su pierna derecha lo estaba asaltando todas las noches pero ahora el rostro que veía era el de Ken. Se sentó encima de uno de los baúles mientras expulsaba el humo lentamente, las palabras de Shezza le asustaban más que otra cosa… los habitantes de Bencam no eran hábiles tranquilizando a la gente.
-¡No te quedes ahí parado! ¡El descanso ha terminado!
El grito hizo sonreír a Fred, definitivamente confiaba en ella… en una semana terminaría de preparar al muchacho y estaría listo para cualquier cosa que pasara en la prueba.
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Fred abrió la puerta lentamente mientras los sonidos de los golpes de madera contra madera le daban ya una idea de lo que podía encontrar dentro de su casa. Atravesó el umbral de la puerta y la cerró mientras unos gritos incoherentes le daban la bienvenida a su hogar. Sonrió mientras tiraba la capa sobre una silla y se quedaba quieto en mitad del recibidor escuchando la sinfonía de ruidos, venían del almacén de al lado, como todas las tardes cuando regresaba de la ciudad estaban allí, una especie de bienvenida para él. Desde que aquel chico había llegado a su casa hace ya un año no paraban, su padre era un compañero de negocios suyo pero vivían lejos de la capital y cuando el chico le dijo a su padre que quería ser un Hijo del Sol, enseguida pensaron en mandárselo a él, por supuesto Fred no se había negado, el chico le caía bastante bien y desde que lo tenía en casa se notaba más viva, al fin y al cabo sus hijos ya eran mayores y ahora vivían sus propias vidas, uno en la capital y los otros dos en el extranjero.
-¡No te quedes quieto imbécil! ¡Usa los pies! ¡Si te quedas quieto pierdes!
Fred rió, había escuchado mucho esas palabras, el chico era bastante duro de mollera y le costaba aprender de sus errores, le gustaba intentarlo a su manera hasta que todo saliera como a el le gustaba. Disfrutó unos minutos más de los sonidos y los gritos mientras se preparaba una pipa y solo una vez la hubo encendido y hubo dado la primera calada volvió a caminar hacia la entrada directo al granero, le gustaba ver el espectáculo en primera fila.
Abrió la puerta del almacén de al lado de la casa, todo estaba como siempre, con todo lo amontonado formando montañas pegadas a las paredes de aquella enorme habitación y en el centro siempre las mismas dos personas peleando. Un chico joven de apenas 16 años, alto y fuerte, de pelo color caoba y ojos verdes, en sus manos llevaba dos palos cortos de madera que imitaban a dos espadas, en su rostro se veía la rabia contenida de alguien al que las cosas no le estaban yendo muy bien y atacaba con todas sus fuerzas. Al lado contrario había una mujer delgada, con el pelo color cobrizo y corto, los ojos de color lila y con la pupila ligeramente rasgada, en su rostro había otro tipo de ira, un enfado contra el chico que tenía delante por ser tan testarudo, un solo palo más largo que los que llevaba el chico se movía con una gracia inusitada, desviando los golpes del chico. Fred se quedo en la puerta observando aquel combate, estaba a punto de terminar, estaba seguro de ello. La mujer con dos rápidos golpes hizo que soltara una de las espadas, que la rodilla tocara tierra y que su espada acabara a escasos milímetros de la cabeza del chico, ahora solo se escuchaban las respiraciones agitadas del chico, la mujer apenas mostraba símbolos de cansancio. Se quedaron quietos en aquella posición unos segundos antes de que la mujer empujara con su pie descalzo al muchacho consiguiendo que cayera de espaldas a la tierra.
-¿Qué intentas? ¿Dar golpes hasta que por suerte le des al rival? Si en este año solo has aprendido eso no harás nada más que el ridículo en la prueba.
-¡No hago eso!-Se quejó el chico mientras se levantaba y arrojaba la otra espada al suelo-Es solo que…
-¿Qué?
-¡No dejas de insultarme y corregir todo lo que hago, me pones nervioso!
-¿Y?-Dijo impasible la mujer, su mirada cortaba como un cuchillo-¿Si un rival te insulta harás idioteces hasta morir?
-No, yo…
-Piensa un poco, siempre te digo lo mismo-Le interrumpió la mujer antes de girarse hacia Fred por primera vez desde que había entrado-Tomaremos un pequeño descanso.
-Ve a beber agua y trae un poco para nosotros, Ken.-Intervino Fred.
El chico miro al hombre que le había acogido en su casa y asintió con tristeza, aunque era un chico duro las palabras de aquella mujer siempre le lograban hacer daño, Fred le sonrió mientras le daba unas palmaditas en el hombro al pasar, el chico al parecer no lo vio pues continuó su camino fuera del almacén sin decir nada más. Ambos contemplaron su marcha hasta que Fred suspiro y se giro hacia la mujer de cabellos cobrizos.
-¿No estás siendo demasiado dura Shezza? Acabarás con el chaval antes de que pueda participar.
-Fred… sabes muy bien que la prueba no es ningún juego, Ken lo sabe pero parece que no se da cuenta de lo que significa.
La primera parte de la frase se le clavó en el alma a Fred, su hijo mayor había perdido una pierna cuando trató de hacer la prueba para llegar a ser Hijo del Sol, fue un gran golpe para todos. Fred asintió en silencio, comprendía en parte lo que quería decir Shezza pero se había encariñado con el chico y no le gustaba verlo tan decaído.
-Queda una semana-Continuó Shezza-Ken es muy fuerte para su edad por eso hemos ahorrado tiempo en fortalecer su cuerpo, también aprendió rápido los movimientos básicos… pero no tiene cabeza ni autocontrol y eso es lo que hace falta en la prueba al fin y al cabo.
-¿Es apto?
La pregunta surgió casi al mismo momento que Fred terminó de hablar, Shezza miró al hombre de cabellos claros durante un buen rato y en sus ojos había algo parecido a la compasión.
-Lo es tanto como lo eres tu o cualquier otro… todo depende de si la suerte quiere sonreírle durante la prueba.
El silencio se hizo al instante, Fred se rascaba la barba rubia mientras daba una nueva calada de su pipa… el jamás había intentado hacer la prueba pero sabía que su anima era como el de cualquier persona normal, era algo común, Ken iba a jugarse la vida por una posibilidad muy lejana, la prueba jamás era una broma.
-Si le toca otro chico como él no le pasará nada ¿Verdad?
-¿Con otro chico común? No, el es capaz de sobrepasar eso fácilmente… el problema son los chicos cuyos padres sean Hijos del Sol… contra ellos posiblemente no podría hacer nada.
-Este año participan los hijos del rey…
Shezza asintió levemente mientras se agachaba para recoger del suelo las espadas que Ken había tirado y las dejó sobre uno de los muchos baúles amontonados junto a la suya, se dirigió a la entrada mientras se despedía con la mano de Fred.
-Haremos otro entrenamiento, lo mejor será que descanses y no pienses en ellos hasta dentro de una semana, el chico estará bien yo me encargare de ello.
Fred la vio marcharse en silencio y se quitó la pipa de los labios, confiaba en aquella mujer para enseñar a Ken, la había visto combatir y ella le había salvado la vida en un par de ocasiones mientras transportaban mercancías por el Mar Interior y algunos piratas se habían aventurado a atacarles, pero de una forma u otra no podía estar tranquilo al pensar en el día de la prueba, el recuerdo de su hijo sangrando por el muñón al que antes estaba unido su pierna derecha lo estaba asaltando todas las noches pero ahora el rostro que veía era el de Ken. Se sentó encima de uno de los baúles mientras expulsaba el humo lentamente, las palabras de Shezza le asustaban más que otra cosa… los habitantes de Bencam no eran hábiles tranquilizando a la gente.
-¡No te quedes ahí parado! ¡El descanso ha terminado!
El grito hizo sonreír a Fred, definitivamente confiaba en ella… en una semana terminaría de preparar al muchacho y estaría listo para cualquier cosa que pasara en la prueba.
Maseru- Caballero
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Edad : 30
Localización : Alicante, España
Re: Capítulo 2 El Dios de la Luna Negra
jejejeje interesante tengo ganas de ver lo ke hara el chico en esa prueva
chicoanime- Jump Ultimate Star
-
Mensajes : 1185
Fecha de inscripción : 19/04/2012
Edad : 29
Localización : andalucia/españa
hola!!!
muy bueno el capitulo te deja pensando en que pasara después...
chofi- Caballero
- Mensajes : 136
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Edad : 30
Localización : en mi cabeza :$
wow
interesante ke pasara despues compa? xD....
lauris- Abogado
- Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 20/06/2012
Re: Capítulo 2 El Dios de la Luna Negra
Wow, esta muy buena, la verdad no se en que genero estaria bien xD, pero esta bien
buen cap , ganaste un
buen cap , ganaste un
Ren- Vampiro
-
Mensajes : 367
Fecha de inscripción : 25/04/2012
Edad : 30
Localización : Neo Life
Re: Capítulo 2 El Dios de la Luna Negra
Muy bueno! Tan genial como los anteriores, aunque parece que las historias son diferentes de cada uno. Supongo que uno es de los hijos del rey y el otro de los habitantes xD. (Supongo). Muy bien, deseo ver en que consiste la historia!
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