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Aisha - El libro de las memorias - cap 2
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Aisha - El libro de las memorias - cap 2
Capítulo 2
“Encuentros…o ¿Reencuentros?”
Desperté en medio de la noche, llevé una mano a mi mejilla y la sentí húmeda; había estado llorando entre sueños. Volví a cerrar los ojos intentando recordar lo que había soñado. Era el mismo sueño pero al final me vi a mi misma con el cabello un poco más corto, y con unas trenzas decoradas con hilos. Al lado, junto a mí, estaba aquel monstruo mitad humano, me dio la impresión que lo conocía de mucho tiempo atrás, hasta…tenía sentimientos por él.
Nos encontrábamos en una especie de risco, pero tras de nosotros no había una caída, sino que brillaba una luz con mucha intensidad. Él me prometía que me buscaría, que nos volveríamos a encontrar, mientras me acariciaba las mejillas tiernamente limpiando las lágrimas que las empañaban. Frente a nosotros apareció el dios del fuego, grande y con pelajes brillantes, parecía esperarme. El mitad humano miró a la divinidad con despreció y luego me tomó de los hombros moviendo sus labios diciéndome algo que no pude escuchar, un momento después, él saltó a la luz y yo grité con fuerza tratando de seguirlo inmersa en un doloroso llanto.
Volví a abrir los ojos, y vi de nuevo el techo de mi habitación. “¿Por qué no dejaba de soñar con eso?” pensé acomodándome de lado en la cama: “¿Es qué el sueño significaba algo en especial?” me volví a preguntar.
Una voz que parecía venir de mi cabeza me contesto:-¿Qué crees que podría significar?-
Lo pensé por un momento entrecerrando los ojos:- no lo sé- concluí tapándome con el cobertor.
La voz en mi cabeza volvió a insistir algo irritada:-¿hasta cuándo vas a seguir negando tus recuerdos?-
Fruncí el ceño:-“¿Recuerdos?”- pensé. – Esos no son recuerdos, ¡no pueden ser! Son solo sueños-
La voz volvió a insistir:-¿segura?-
Me senté en la cama y dudé, sintiéndome extraña me lleve la mano al pecho, éste subía y bajaba agitado, estaba nerviosa, mi corazón latía con fuerza con una intranquilidad desconocida. Tomé aire lentamente para llenar mis pulmones y exhalé de igual manera, lento y por la boca para calmarme.
Recordé una vez más el sueño, lo había sentido tan real, me creaba sentimientos tan vívidos. Alguna vez había oído hablar de vidas pasadas, a pesar de lo fantasioso del sueño, sentía realmente conocer a las personas, saber cosas que en mismo sueño no aparecían; inhale y exhale una vez más cerrando los ojos un momento para pensar, nunca antes me había preocupado lo que soñaba, quizá que le diera importancia esta vez querría decir algo.
Abrí lentamente los ojos y miré al espejo frente a mi cama, lo que vi me dejó un momento con la boca abierta, balbucee un poco intentando decir algo pero la impresión o el susto no me lo permitió.
Ahí estaba yo, sentada en mi cama, con la mano en mi pecho, mis cabellos desordenados, vestida con mi ropa de dormir. Todo bien, lo que no cuadraba en la imagen que reflejaba el espejo era que enredado en mi cuello, como bufanda, se encontraba lo que parecía un dragón… “¿parecía?” no, más bien “era” un dragón, del tamaño de un gato enroscado de hombro a hombro; la piel le brillaba entre destellos amarillos, naranjas y rojos, movía su cola ondulándola y mirándome con lo que parecía una sonrisa, era una mueca extraña dibujada en el rostro de la criatura. Sus ojos me decían que aquel dragón había estado esperando ese momento.
En ese instante fui consciente de la temperatura que sentía en mi cuello, como si el aire estuviera especialmente caliente en esa zona, pero sin quemarme; ya lo había sentido antes, en ocasiones, a veces, en mis piernas estando sentada, en mi abdomen cuando estaba acostada o como ahora en mi cuello.
Mi respiración volvió a agitarse, sentía mi pecho subir y bajar con cierta pesadez, tragué saliva nerviosa para darme valor y lentamente empecé a girar el rostro hacía un lado pero sin dejar de ver en el espejo al dragoncito que me miraba divertido. Mi mirada pasó del espejo hacia la pared, la puerta y por último a mi hombro; y ahí lo vi, mirándome, no estaba en el espejo, en realidad estaba ahí. Abrí más los ojos y la boca, entonces como si viniera de mi cabeza le escuché decir un “¡Buh!”, eso fue suficiente para que yo gritara y retrocediera dándole un manotazo a la criatura para que se apartara; retrocedí tanto que caí de la cama y me enredé en el cobertor, el dragoncito no salió empujado, si no que se limitó a volar calmado sobre la cama para luego sentarse en ella:- Que respuesta más desagradable de tu parte, tengo la consideración de dejarme ver y pareciera que viste una espantosa criatura.- dijo con picardía: -con lo guapo que soy.-agregó con una sonrisa arrogante dibujada en su rostro.
Asomé la cabeza dejándola salir temerosamente del cobertor, para probar si así la imagen desaparecía pero fue en vano, ahí estaba aquel dragón versión de bolsillo sentado en mi cama hablándome.
Abrí mi boca para hablar:-¿qué…qué quieres?- logré articular, “esto debía ser otro de mis locos sueños” pensé así que intenté tranquilizarme.
El dragoncito sonrió divertido, se estaba burlando; por alguna razón que yo no podía explicar eso me irritaba así que me quité las sabanas por completo y lentamente. Tomé aire y volví a preguntar:-¿Qué es lo que quieres?
El dragón se puso cómodo en la cama y se estiró diciendo:-¿yo? Nada en especial , por el momento que no vuelvas a gritar, mis oídos son sensibles y tus gritos son en sobremanera desagradables.-
Lo que dijo y la manera de decirlo me molestó bastante:-si no quieres nada entonces ¡vete!- le ordené enfadada.
Él me miró moviendo la cola:-¿realmente quieres que me vaya? Tú tienes una extraña fascinación por los dragones ¿no es así?- dijo sin quitarse esa sonrisa del rostro, y con la misma apuntó a un poster que tenía en la pared de un dragón rojo mucho más grande e intimidante del que tenía yo en frente. Me sonrojé apenada y decidí no contestarle. Caminando decidida me acerqué, si esto era otro de mis sueños entonces no pasará nada, así que extendí mi mano para tocarle, de lo cual me arrepentí en seguida pues sentí como si hubiera metida mi dedo al fuego con la diferencia que al mirarme la “herida” no tenía quemadura alguna.
El dragoncito me miraba de nuevo burlón:-eso te pasa por curiosa, y no, no es un sueño, yo siempre he estado aquí, solo que ahora te has dignado a verme.- me dijo.
Le miré confusa y solo le pude contestar con un:-no entiendo-
Él dio un suspiro falto de paciencia;- no me sorprende eres algo lenta, te explicaré, yo siempre he estado por aquí, rondando, pero tenías esa cabeza tuya bloqueada para verme; como cuando reprimes un recuerdo o algún sentimiento, lo ignoras fingiendo que no existe y te acostumbras tanto a eso que al final no puedes verlo o incluso aceptarlo.
Mi primera reacción era reclamar, pero no pude hacerlo, por alguna razón mi cuerpo no reaccionaba y mi vista empezó a opacarse inundándose en una profunda oscuridad. Asustada intenté moverme pero no resultó, oía lejanamente la voz del dragoncito, pero solo fue un momento pues poco a poco se fue haciéndose más cercana al mismo tiempo que recuperaba el control de mi misma y mi vista volvía a la normalidad.
Miré a mí alrededor y note que estaba en el suelo, el dragón resplandecía alado de mi y su brillo cubría mi cuerpo en una especie de barrera protectora. Parpadee un par de veces y me levante, me sentía un tanto mareada y perdida, me tomó unos segundos darme cuenta que el dragoncito me estaba hablando:-¿Es qué no me oyes? ¡SORDA! hay que salir de aquí- dijo molesto, había adoptado una postura defensiva y su cabeza se movía de un lado a otro como buscando algo en la habitación.
Aún confundida miré a mí alrededor de nuevo y me di cuenta de unas extrañas ondas negras que inundaban mi cuarto, las cuales me producían temor y una sensación de familiaridad; la piel de mi cuello se erizó, esto no era algo bueno. Entonces volví a escuchar la voz del dragoncito:-¿Qué no me escuchaste? ¡Salgamos de aquí YA!- gritó volando hacia mi mientras la habitación empezaba a distorsionarse. Me apresuré hacia la puerta pero fue imposible abrirla:-está trabada- anuncié asustada:- ¿qué está pasando?- pregunte dándome la vuelta y mirando de nuevo la habitación.
La ventaba que daba al balcón se abrió y una figura empezó a materializarse, era una persona encapuchada, al verle sentí que el aire se tensaba y mi pecho se oprimía, sentía un zumbido en mi cabeza que hacía que mis oídos se taparan, la respiración se me hacía dificultosa. El encapuchado extendió su mano y pude notar en ella unos extraños tatuajes:- Ven con migo- ordenó
Mi cuerpo parecía luchar en contra de mi voluntad, tenía mucho miedo y mi pulso estaba completamente acelerado, escuchaba el irritante zumbido en mi cabeza. Enfoqué mi vista y vi al dragón poniéndose frente a mí. Algo que no podía entender le decía al oscuro personaje mientras que su cuerpo brillaba más como si se encendiera en llamas. Su brillo volvió a cubrirme y pude recuperar el aire, pero aun podía sentir las dos energías pelear por el control de la situación.
Muerta de miedo, no podía articular palabra pero en mi cabeza pedía ayuda, pedía que esto se fuera solamente un sueño. El zumbido volvió a invadir mi cabeza y a tapar mis oídos:- dámelo.- decía una tenebrosa voz:-¿donde lo tienes? Dímelo, recuerda…¿Dónde está?-
La cabeza empezó a dolerme, sentí como si algo intentara entrar en ella y examinar mis pensamientos. Llevé mis manos a la cabeza y miré al frente, fue un momento pero dentro de esa capa negra pude ver brillar unos ojos color ámbar, brillantes con destellos rojos, algo dentro de mí se movió, era una angustia, miedo, enojo…tantas cosas juntas que no las soporte y lo único que pude hacer fue gritar.
En un breve instante sentí que una luz llenaba mi pecho, y que a su vez mandaba energía por todo mi cuerpo.
Era una sensación cálida y reconfortante, me sentí poderosa y algo dentro de mí me decía que todo iba a estar bien, que no iba a permitir que algo malo pasara. Me erguí orgullosa sintiendo esta energía controlar mi cuerpo, era una Yo segura y confiada que me daba fuerza, consiente de mis movimientos pero movida por esta cálida energía extendí la mano y la moví abarcando la vista que tenía de mi cuarto despejé toda esa energía tan pesada que me había asfixiado antes.
Posé mis ojos en la figura encapuchada, y sin apartar la mirada le hablé al dragón:- yo me encargo desde aquí.- luego me dirigí al extraño:-aun que lo recuerde no te lo daré, está tan bien escondido que ni yo misma lo encontraría, ahora vete y no regreses.- dije esas palabras pero…realmente aun que estaba segura de lo que decía mi parte consiente no sabía de que estaba hablando.
La figura me miro con aquellos ojos ámbar resplandeciendo en la oscuridad de su capa:-esto no termina aquí, nos volveremos a encontrar Aisha- dicho esto desapareció.
La habitación volvió a la normalidad. Sentí una lágrima caer por mi mejilla, mis rodillas temblaron y sintiéndolas débiles me deje caer de rodillas. En realidad todo mi cuerpo temblaba, me abrace y me doblé hasta que mi frente tocó el frio suelo y me puse a llorar.
Lloré hasta cansarme y quedar dormida echada en el suelo, esperando que al despertar todo lo ocurrido fuese solo una terrible pesadilla.
N/A: ps les dejo de una vez el cap 2 xD! jejeje q lo disfruten)
“Encuentros…o ¿Reencuentros?”
Desperté en medio de la noche, llevé una mano a mi mejilla y la sentí húmeda; había estado llorando entre sueños. Volví a cerrar los ojos intentando recordar lo que había soñado. Era el mismo sueño pero al final me vi a mi misma con el cabello un poco más corto, y con unas trenzas decoradas con hilos. Al lado, junto a mí, estaba aquel monstruo mitad humano, me dio la impresión que lo conocía de mucho tiempo atrás, hasta…tenía sentimientos por él.
Nos encontrábamos en una especie de risco, pero tras de nosotros no había una caída, sino que brillaba una luz con mucha intensidad. Él me prometía que me buscaría, que nos volveríamos a encontrar, mientras me acariciaba las mejillas tiernamente limpiando las lágrimas que las empañaban. Frente a nosotros apareció el dios del fuego, grande y con pelajes brillantes, parecía esperarme. El mitad humano miró a la divinidad con despreció y luego me tomó de los hombros moviendo sus labios diciéndome algo que no pude escuchar, un momento después, él saltó a la luz y yo grité con fuerza tratando de seguirlo inmersa en un doloroso llanto.
Volví a abrir los ojos, y vi de nuevo el techo de mi habitación. “¿Por qué no dejaba de soñar con eso?” pensé acomodándome de lado en la cama: “¿Es qué el sueño significaba algo en especial?” me volví a preguntar.
Una voz que parecía venir de mi cabeza me contesto:-¿Qué crees que podría significar?-
Lo pensé por un momento entrecerrando los ojos:- no lo sé- concluí tapándome con el cobertor.
La voz en mi cabeza volvió a insistir algo irritada:-¿hasta cuándo vas a seguir negando tus recuerdos?-
Fruncí el ceño:-“¿Recuerdos?”- pensé. – Esos no son recuerdos, ¡no pueden ser! Son solo sueños-
La voz volvió a insistir:-¿segura?-
Me senté en la cama y dudé, sintiéndome extraña me lleve la mano al pecho, éste subía y bajaba agitado, estaba nerviosa, mi corazón latía con fuerza con una intranquilidad desconocida. Tomé aire lentamente para llenar mis pulmones y exhalé de igual manera, lento y por la boca para calmarme.
Recordé una vez más el sueño, lo había sentido tan real, me creaba sentimientos tan vívidos. Alguna vez había oído hablar de vidas pasadas, a pesar de lo fantasioso del sueño, sentía realmente conocer a las personas, saber cosas que en mismo sueño no aparecían; inhale y exhale una vez más cerrando los ojos un momento para pensar, nunca antes me había preocupado lo que soñaba, quizá que le diera importancia esta vez querría decir algo.
Abrí lentamente los ojos y miré al espejo frente a mi cama, lo que vi me dejó un momento con la boca abierta, balbucee un poco intentando decir algo pero la impresión o el susto no me lo permitió.
Ahí estaba yo, sentada en mi cama, con la mano en mi pecho, mis cabellos desordenados, vestida con mi ropa de dormir. Todo bien, lo que no cuadraba en la imagen que reflejaba el espejo era que enredado en mi cuello, como bufanda, se encontraba lo que parecía un dragón… “¿parecía?” no, más bien “era” un dragón, del tamaño de un gato enroscado de hombro a hombro; la piel le brillaba entre destellos amarillos, naranjas y rojos, movía su cola ondulándola y mirándome con lo que parecía una sonrisa, era una mueca extraña dibujada en el rostro de la criatura. Sus ojos me decían que aquel dragón había estado esperando ese momento.
En ese instante fui consciente de la temperatura que sentía en mi cuello, como si el aire estuviera especialmente caliente en esa zona, pero sin quemarme; ya lo había sentido antes, en ocasiones, a veces, en mis piernas estando sentada, en mi abdomen cuando estaba acostada o como ahora en mi cuello.
Mi respiración volvió a agitarse, sentía mi pecho subir y bajar con cierta pesadez, tragué saliva nerviosa para darme valor y lentamente empecé a girar el rostro hacía un lado pero sin dejar de ver en el espejo al dragoncito que me miraba divertido. Mi mirada pasó del espejo hacia la pared, la puerta y por último a mi hombro; y ahí lo vi, mirándome, no estaba en el espejo, en realidad estaba ahí. Abrí más los ojos y la boca, entonces como si viniera de mi cabeza le escuché decir un “¡Buh!”, eso fue suficiente para que yo gritara y retrocediera dándole un manotazo a la criatura para que se apartara; retrocedí tanto que caí de la cama y me enredé en el cobertor, el dragoncito no salió empujado, si no que se limitó a volar calmado sobre la cama para luego sentarse en ella:- Que respuesta más desagradable de tu parte, tengo la consideración de dejarme ver y pareciera que viste una espantosa criatura.- dijo con picardía: -con lo guapo que soy.-agregó con una sonrisa arrogante dibujada en su rostro.
Asomé la cabeza dejándola salir temerosamente del cobertor, para probar si así la imagen desaparecía pero fue en vano, ahí estaba aquel dragón versión de bolsillo sentado en mi cama hablándome.
Abrí mi boca para hablar:-¿qué…qué quieres?- logré articular, “esto debía ser otro de mis locos sueños” pensé así que intenté tranquilizarme.
El dragoncito sonrió divertido, se estaba burlando; por alguna razón que yo no podía explicar eso me irritaba así que me quité las sabanas por completo y lentamente. Tomé aire y volví a preguntar:-¿Qué es lo que quieres?
El dragón se puso cómodo en la cama y se estiró diciendo:-¿yo? Nada en especial , por el momento que no vuelvas a gritar, mis oídos son sensibles y tus gritos son en sobremanera desagradables.-
Lo que dijo y la manera de decirlo me molestó bastante:-si no quieres nada entonces ¡vete!- le ordené enfadada.
Él me miró moviendo la cola:-¿realmente quieres que me vaya? Tú tienes una extraña fascinación por los dragones ¿no es así?- dijo sin quitarse esa sonrisa del rostro, y con la misma apuntó a un poster que tenía en la pared de un dragón rojo mucho más grande e intimidante del que tenía yo en frente. Me sonrojé apenada y decidí no contestarle. Caminando decidida me acerqué, si esto era otro de mis sueños entonces no pasará nada, así que extendí mi mano para tocarle, de lo cual me arrepentí en seguida pues sentí como si hubiera metida mi dedo al fuego con la diferencia que al mirarme la “herida” no tenía quemadura alguna.
El dragoncito me miraba de nuevo burlón:-eso te pasa por curiosa, y no, no es un sueño, yo siempre he estado aquí, solo que ahora te has dignado a verme.- me dijo.
Le miré confusa y solo le pude contestar con un:-no entiendo-
Él dio un suspiro falto de paciencia;- no me sorprende eres algo lenta, te explicaré, yo siempre he estado por aquí, rondando, pero tenías esa cabeza tuya bloqueada para verme; como cuando reprimes un recuerdo o algún sentimiento, lo ignoras fingiendo que no existe y te acostumbras tanto a eso que al final no puedes verlo o incluso aceptarlo.
Mi primera reacción era reclamar, pero no pude hacerlo, por alguna razón mi cuerpo no reaccionaba y mi vista empezó a opacarse inundándose en una profunda oscuridad. Asustada intenté moverme pero no resultó, oía lejanamente la voz del dragoncito, pero solo fue un momento pues poco a poco se fue haciéndose más cercana al mismo tiempo que recuperaba el control de mi misma y mi vista volvía a la normalidad.
Miré a mí alrededor y note que estaba en el suelo, el dragón resplandecía alado de mi y su brillo cubría mi cuerpo en una especie de barrera protectora. Parpadee un par de veces y me levante, me sentía un tanto mareada y perdida, me tomó unos segundos darme cuenta que el dragoncito me estaba hablando:-¿Es qué no me oyes? ¡SORDA! hay que salir de aquí- dijo molesto, había adoptado una postura defensiva y su cabeza se movía de un lado a otro como buscando algo en la habitación.
Aún confundida miré a mí alrededor de nuevo y me di cuenta de unas extrañas ondas negras que inundaban mi cuarto, las cuales me producían temor y una sensación de familiaridad; la piel de mi cuello se erizó, esto no era algo bueno. Entonces volví a escuchar la voz del dragoncito:-¿Qué no me escuchaste? ¡Salgamos de aquí YA!- gritó volando hacia mi mientras la habitación empezaba a distorsionarse. Me apresuré hacia la puerta pero fue imposible abrirla:-está trabada- anuncié asustada:- ¿qué está pasando?- pregunte dándome la vuelta y mirando de nuevo la habitación.
La ventaba que daba al balcón se abrió y una figura empezó a materializarse, era una persona encapuchada, al verle sentí que el aire se tensaba y mi pecho se oprimía, sentía un zumbido en mi cabeza que hacía que mis oídos se taparan, la respiración se me hacía dificultosa. El encapuchado extendió su mano y pude notar en ella unos extraños tatuajes:- Ven con migo- ordenó
Mi cuerpo parecía luchar en contra de mi voluntad, tenía mucho miedo y mi pulso estaba completamente acelerado, escuchaba el irritante zumbido en mi cabeza. Enfoqué mi vista y vi al dragón poniéndose frente a mí. Algo que no podía entender le decía al oscuro personaje mientras que su cuerpo brillaba más como si se encendiera en llamas. Su brillo volvió a cubrirme y pude recuperar el aire, pero aun podía sentir las dos energías pelear por el control de la situación.
Muerta de miedo, no podía articular palabra pero en mi cabeza pedía ayuda, pedía que esto se fuera solamente un sueño. El zumbido volvió a invadir mi cabeza y a tapar mis oídos:- dámelo.- decía una tenebrosa voz:-¿donde lo tienes? Dímelo, recuerda…¿Dónde está?-
La cabeza empezó a dolerme, sentí como si algo intentara entrar en ella y examinar mis pensamientos. Llevé mis manos a la cabeza y miré al frente, fue un momento pero dentro de esa capa negra pude ver brillar unos ojos color ámbar, brillantes con destellos rojos, algo dentro de mí se movió, era una angustia, miedo, enojo…tantas cosas juntas que no las soporte y lo único que pude hacer fue gritar.
En un breve instante sentí que una luz llenaba mi pecho, y que a su vez mandaba energía por todo mi cuerpo.
Era una sensación cálida y reconfortante, me sentí poderosa y algo dentro de mí me decía que todo iba a estar bien, que no iba a permitir que algo malo pasara. Me erguí orgullosa sintiendo esta energía controlar mi cuerpo, era una Yo segura y confiada que me daba fuerza, consiente de mis movimientos pero movida por esta cálida energía extendí la mano y la moví abarcando la vista que tenía de mi cuarto despejé toda esa energía tan pesada que me había asfixiado antes.
Posé mis ojos en la figura encapuchada, y sin apartar la mirada le hablé al dragón:- yo me encargo desde aquí.- luego me dirigí al extraño:-aun que lo recuerde no te lo daré, está tan bien escondido que ni yo misma lo encontraría, ahora vete y no regreses.- dije esas palabras pero…realmente aun que estaba segura de lo que decía mi parte consiente no sabía de que estaba hablando.
La figura me miro con aquellos ojos ámbar resplandeciendo en la oscuridad de su capa:-esto no termina aquí, nos volveremos a encontrar Aisha- dicho esto desapareció.
La habitación volvió a la normalidad. Sentí una lágrima caer por mi mejilla, mis rodillas temblaron y sintiéndolas débiles me deje caer de rodillas. En realidad todo mi cuerpo temblaba, me abrace y me doblé hasta que mi frente tocó el frio suelo y me puse a llorar.
Lloré hasta cansarme y quedar dormida echada en el suelo, esperando que al despertar todo lo ocurrido fuese solo una terrible pesadilla.
N/A: ps les dejo de una vez el cap 2 xD! jejeje q lo disfruten)
Akari- Infante
-
Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 22/01/2013
Re: Aisha - El libro de las memorias - cap 2
Una forma interesante y muy limpia de narrar los hechos, lo que muestra que posees talento y sobre todo entusiasmo por darlo a conocer; Bueno sobre la historia de transfondo, no se que se puede venir, es diferente a lo que he leído últimamente, pero por ello es intrigante y llamativa... Veremos que vendrá luego, os deseo suerte y aunque el foro no está muy activo estos días, creo que aún puede mejorar...
Re: Aisha - El libro de las memorias - cap 2
Gracias espero les agrade es una historia q me ha estado rondando algunos años jeje y solo hasta ahora me he puesto a redactar, espero que la disfruten tanto como yo al escribirla q me divierto mucho y aparte es un alivio mental desahogar lo que quiero expresar.
Akari- Infante
-
Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 22/01/2013
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