"Superesse" // Capítulo 10 // Capítulo 11: "La lacras de la sociedad" ---->Agregado

Spoiler:

• - ¿Qué rayos? ¿Disparos en el banco?....Woo, mucha gente ha salido del lugar….¿pero si no es el tipo de la computadora? –

• - ¿En serio Artemio? –

• - Si no me equivoco, lo es…..y parece que aquella mujer igual era pasajera del autobús…..¿eh? se dirigen hacia acá. Agáchense o nos pueden ver –

Los tres civiles se hincaron rápidamente. A pesar de estar bastante alto, todavía era posible divisarlos, por eso la precaución:

• - Tenemos que salir de esta maldita torre lo más pronto posible –

• - Estoy de acuerdo con Mister Salas –

• - Madam y Ricardo, si lo hacemos ahora, nos encontrarán. Esperemos un rato, hasta que se calme la cosa –

Al pasar unos minutos, Artemio se volvió a levantar y a observar por sus binoculares todo lo que acontecía en los alrededores de la plaza de armas. Mariela y Ricardo se habían quedado hablando para calmar los nervios:

• - ¿Entonces usted es un constructor, Mister Salas? –

• - Si, soy un obrero, por eso el casco. Mi equipo está creando el nuevo mall…bueno, lo creaba -

• - No se altere, ya usted se dará cuenta como todo este embrollo se soluciona –

• - ¡WOO!, otro pasajero a la vista –

• - ¿Qué? –

• - Una chica que viajó con nosotros subió a la azotea con los terroristas, al parecer los está desafiando…increíble, uno de los asesinos le lanzó algo muy afilado, y la chica ni pestañó…… ¡Qué coraje tiene esa señorita! La han dejado ir –

Al escuchar esto, los oyentes se tranquilizaron. Artemio no fue ajeno a esto, demostrando su alegría con una sonrisa magnifica. De pronto, una música es escuchada:

• - ¿Qué significa esto? ¿Artemio, puedes ver algo? –

• - Umm.......…..al parecer los terroristas la pusieron, pero no se cual es el motivo….¿y esos gritos?.....mierda –

El anciano visualizó como gente era asesinada al salir del teatro Concepción. Los chillidos oídos provenían de la matanza que se llevaba en ese lugar. Era tanto el horror, que los tres se volvieron a hincar y se taparon sus orejas fuertemente, para que el sonido del dolor no se les transmitiera. Estuvieron cerca de ocho largos minutos en esa posición, observándose detenidamente. Una vez se terminó la música y los gritos, se relajaron:

• - Eso….eso fue horrible –

• - Muy de acuerdo mi amigo con casco –

• - …… -

Mariela se apretaba las rodillas y temblaba como nunca. Ricardo se acercó a ella he intentó confortarla con un abrazo. Artemio se volvió a colocar de pie, y se dispuso a observar nuevamente con su herramienta:

• - …apenas se logra ver movimiento en el teatro…..creo que los mataron a todos....esos bastardos… -

• - Mantén la compostura, Artemio. Si no lo hacemos, nos tocará el mismo futuro –

• - ….Tienes razón….Oh, algo interesante ocurre de nuevo en la azotea…¿están discutiendo?....eso parece…………..¿Eh? ¿qué rayos? –

• - ¿Qué ocurrió Artemio? –

• - Le…..le cortaron la oreja a una de sus compañeros –

• - … -

En ese momento unos rayos de sol se posan directamente en el lente del binocular, no llegando al grado de molestar al usuario, pero sí reflejando la luz en dirección a donde Artemio observaba:

• - ¿Mató a la mujer? –

• - Por lo que veo no. Se está retorciendo en el piso, algo normal....no, espera, parece que el terrorista planea asesinarla. Abrió una caja y está armando un arma, creo……¿eh, una bazuca? –

• - ¿Bazuca has dicho? ¿Te refieres a la que lanza misiles? –

• - Si, y la está cargando –

• - Pero si dispara eso a su compañera, saldrá herido también –

• - Tú sabes que esos terroristas no tienen nada en la cabe....¿qué?.....¡¿ME SALUDÓ?! –

Septum estaba saludando al intruso mientras apuntaba la lanza misiles en su contra. El anciano quedó totalmente sorprendido. Luego de eso, el villano comenzó a hacer una cuenta regresiva con su mano libre:

• - ¿Una cuenta regresiva?...3…..2….. –

• - ¿Eh? –

El hombre de mayor edad salió corriendo en dirección a la escalera en caracol que debían descender. Ricardo entendió que el blanco del misil eran ellos, por eso le indicó a Mariela que bajará lo más rápido posible, quedando como último. No pasó mucho tiempo cuando una gran explosión ocurrió por arriba de sus cabezas. Esto hizo que la mujer madura se detuviera abruptamente. El individuo de casco la tuvo que apresurar para que siguiera con la huida. Muchos escombros y piedras comenzaron a caer. Un chirrido se empezó a escuchar, algo que no era muy bueno. El sonido provenía de la escalera de hierro, significando problemas. La detonación las había soltado, inclinándose, para terminar apoyándose en una de las paredes:

• - ¡APÚRENSE! –

Artemio gritaba despavoridamente al ver que la mitad superior de las escaleras se habían torcido. Él se encontraba en la otra parte, en la que aún se mantenía bien derecha:

• - ¡ESTÁ APUNTO DE ROMPERSE LA ESCALERA! –

El chirrido no se detenía para nada, dando malos augurios. Mariela bajaba muy lentamente por la posición en que se encontraban; Ricardo no era la excepción. Ya faltaba poco para que la mujer llegara al lugar seguro. Sin embargo, la escalera cedió. Artemio estiró su brazo, logrando agarrar a la cuarentona dama. Ricardo, en cambio, cayó junto con la estructura. Si tocaba el suelo era hombre muerto, por eso recurrió a la única opción, intentar agarrarse a uno de los pasamanos de la sección que aún quedaba erguida. El obrero abrió ambos brazos y se sostuvo de uno de los diversos fierros, haciendo que el hombro derecho se le saliera de su lugar, pero evitando que siguiera cayendo. La escalera hizo un gran estruendo al estrellarse con el suelo. Ricardo agradeció no haber sido él. La mujer y el viejo bajaron hasta donde se encontraba su compañero bien agarrado, y lo ayudaron a subir:

• - Mierda, mi hombro, ¡Ugh!... ¿cómo rayos nos encontró ese terrorista? –

• - No lo sé, pero por lo menos logramos salir de esta –

• - ¿Esto no habrá llamado la atención de esos asesinos, señores? –

Eso era verdad. La gran explosión era una alarma para los maleantes. Debían esconderse rápidamente:

• - Emm, anciano, ¿me puedes ayudar? Con el brazo de esta forma no puedo hacer nada –

• - ¿Estás loco? Antes tenemos que escondernos –

Los tres terminaron de bajar por la escalera y recorrieron un pasillo para dirigirse al gran vestíbulo central de la catedral. Muchas gavetas y muebles parecidos a roperos se encontraban en ese corredor, pero uno de ellos tenía la puerta ligeramente abierta. Justo en ese pequeño espacio, unos ojos veían todo lo que pasaba en el exterior.

En la enfermería del colegio Sagrada alma, una batalla acababa de empezar:

• - Ahora vamos a jugar un rato, perrito –

• (Esto está muy mal. Estoy completamente desarmado…no me queda otra)

Ángel estiró su brazo a una pequeña mesa al lado del cuerpo sin vida de Scarlet. En ella se hallaba una pequeña bandeja de acero donde se encontraban los cuchillos que extirpó de su amiga:

• - ¡No te dejaré hacerlo! –

Orynko lanzó sus dos dagas antes de que el muchacho pudiera armarse. Ángel sostuvo la bandeja con sus dos manos y la usó de escudo. Las hojas de los cuchillos la traspasaron como si tratara de papel, pero el mango evitó que estos siguieran su camino, deteniéndose. Al levantar la vista, la chica se encontraba en frente de él. Sin darle un poco de tiempo, Orynko dio una gran patada a los mangos de sus armas y la bandeja, con intenciones de que estos se le clavaran a Ángel. El adolescente lo esquivó con facilidad y le hizo un ligero toque a la pierna de apoyo de la estudiante, haciéndola caer de espalda:

• (Si no fuera porque mis padres me enseñaron estos movimientos de lucha, nunca hubiera esquivado eso. Tengo que escapar)

Ángel comenzó a correr hacia la puerta para huir, pero la chica no lo dejaría. Orynko tomó rápidamente los cuchillos del suelo, los que antes yacían en la bandeja de hierro, y los lanzó. El muchacho saltó a la izquierda, saliendo ileso de ese ataque, pero arrinconándose en una de las esquinas de la habitación. La estudiante de intercambio ya estaba de pie nuevamente, con dos dagas en sus manos, y en frente de Ángel:

• - Ágil y de buenos reflejos, tal como un mísero perro. Pero ya te tengo animalito ¡Ájajaja! –

En ese momento la puerta del lugar se abre. Orynko, sin pestañar, lanza una daga al nuevo visitante. Este logra mover ligeramente la cabeza, esquivando el arma, aunque no totalmente, ya que un pañuelo cortado cae al suelo. Se trataba de Arnaldo, quien exhibía una gran quemadura en su boca por la perdida de lo que le tapaba tan tremenda marca. Ángel aprovechó este descuido de su atacante y saltó por la ventaba que se posicionaba muy cerca de él. La chica, al darse cuenta de esto, hizo lo mismo, ignorando completamente al silencioso muchacho:

• (Mierda, no quería salir de esta forma al exterior, pero no me quedaba otra. Ahora debo llegar a la cafetería)

La ventana por la que había salido el estudiante lo dejaba justo en frente del edificio de los alimentos del colegio. Su mejor opción era llegar a este, aunque se vieran muchos terroristas por los alrededores:

• - No creas que te dejaré escapar…¡PEEEERROOOO! –

Orynko comenzó a tirar varios cuchillos al escurridizo Ángel, el que se movía de una forma que evitaba ser victima de ellos. Los maleantes de los alrededores no tardaron en divisar a estos dos, disparando en su contra. Sin embargo, la psicópata estudiante no toleraba que interrumpieran su casería, lanzando una gran cantidad de dagas a las armas de estos villanos, destruyéndolas todas. El chico quedó completamente anonadado por la acción de su perseguidora, dándole señales de que era un peligro mayor:

• (¿Oh?. Creo que gasté mis últimos cuchillos con esos estúpidos. Tendré que reponer)

Ángel entró a la cafetería sin mayores problemas. Después de unos segundos lo hizo Orynko. Los terroristas humillados también iban a ingresar, pero una voz se alzó a sus espaldas:

• - No les conviene enfrentarse a esa mujer. Sólo miren el estado en que me dejó. Totalmente desarmado y sin la mascara protectora. Chicos, vayan por otros civiles, porque si van por ella, de seguro pueden ser asesinados –

La pequeña multitud no dudó en hacerle caso, ya que habían presenciado algo muy difícil de creer como la pérdida de sus armas debido a unos simples cuchillos:

• - Lo han hecho bien. Esa mujer está en otra liga…..pero no importa, yo seré el único que acabe con ella. Mis hermosas armas y mi orgullo fueron hecho trizas. Esto no se quedará así –

Roger, el francotirador, no se iba quedar tranquilo hasta que acabase con Orynko. Tomó una gran bocanada de aire y entró a la cafetería. Una vez dentro, pudo escuchar unos pequeños ruidos. Al acercarse a ver de donde provenían, vio a la estudiante de intercambio, quien había dejado en el suelo su uniforme:

• - Que suerte que justo venimos a la cafetería. Una buena forma de volver a abastecerme de cuchillos. Ya encontraré a ese perro asustadizo –

La chica estaba usando un raro traje negro, el cual tenía muchas aberturas por donde metía las dagas. A la palma de sus manos llegaba una pequeña extensión del traje, junto con un botón, que al presionarlo, hacia llegar un cuchillo:

• (Ese extraño traje se veía completamente aterrador cuando luchamos. En ese entonces tenía cuchillos por todo el cuerpo, pero ahora, está un poco indefensa. Ya verás zorra)

Un nuevo duelo estaba apunto de comenzar, pero esta vez, con muchos espectadores escondidos en los múltiples muebles de cocina del lugar.

En la biblioteca, los tres hombres intentaban encontrar el mejor escondite. Agustín y Marcelo lo buscaban en el primer piso, mientras que Castor lo hacía en el segundo. Sabían que era cuestión de tiempo antes de que el terrorista perseguidor los hallase. El traficante revisaba cada rincón del piso superior, hasta que se asomó por una ventana. Por ella era posible divisar al maleante que los seguía junto a otro individuo:

• (Umm, otra molestia ha aparecido. Por lo menos tendremos más tiempo, supongo)

Castor se disponía a seguir buscando, cuando una explosión es escuchada. Esto lo hace acercarse a la ventana instantáneamente para visualizar la fuente de la detonación. Ese es el momento donde se da cuenta de que el villano que los acorraló apuntaba su arma contra una mujer:

• (Esto no está bien, la matarán. Mala suerte tuvo, mala suerte….si, mala suerte...no, no puedo dejarla así)

El hombre asomó su cabeza por el vidrio y pronunció unas palabras que salvaron a la mujer en peligro:

• - ¡¿Tan inútil eres que no pudiste encontrarnos?! –

Esto hizo que la furia cegara al terrorista, corriendo para ingresar al edificio de libros. Castor, al ver esta acción, les gritó a sus compañeros:

• - ¡VIENE EL TERRORISTA! –

La puerta se abrió de golpe, el ser con traje había hecho su aparición. Velozmente levantó su arma y disparó contra el traficante del segundo piso, quien corrió agachado, para perderse entre la multitud de estantes de libros del nivel superior:

• - ¡LAS CUCARACHAS TIENEN QUE SER APLASTADAS! –

El asesino buscó por donde podía subir a buscar a su victima, hasta que visualizó una escalera, pero para llegar a esta tenía que cruzar los variados estantes. En ese momento capta a Marcelo entre ellos, poniéndose a disparar indiscriminadamente contra él. El chico de las llaves comienza a correr, al igual que el malvado terrorista. Agustín, al ver esto, hizo una acción desesperada, empujó el primer estante. De esta forma se crearía un efecto dominó, y tal vez el maleante quedaba sepultado. Uno por uno empezaron a caer los mubles de libros, mientras Marcelo intentaba salvar su vida:

• - ¡NADA TE SALVARÁ AHORA! –

El villano gritaba sin pudor, siguiendo con su serie de disparos. De repente, la estantería se le viene encima, pillándolo completamente desprevenido. Uno que otro libro lo golpeó en la cabeza, haciendo que su mascara protectora saliera disparada. Luego de eso, fue aplastado por estos muebles, quedando inmovilizado. Una nube de polvo se levantó cuando estos terminaron de caer, nublando todo el primer piso de la estructura. Castor, al ver el desastre, pensó en lo peor:

• - ¡CHICOS, ¿ESTÁN BIEN?! –

• - Cof, cof, cof….¡YO SÍ! –

• - Casi soy aplastado….¡YO TAMBIEN! –

Una vez se despejó todo, los tres se percataron de que el terrorista no podía escapar ni moverse, estaba inconciente. No dudaron en acercarse a él para examinarlo, en ese momento se dieron cuenta de algo impactante:

• - No puede ser, miren ese número –

• - ¿Noventa y seis? ¿Qué tiene de importante? –

• - Es normal que no lo sepas Marcelo, y me sorprende que Agustín lo reconozca. El número tatuado en la nuca es una tradición –

• - ¿Tradición? –

• - Si, ese número caracteriza a los reos de la cárcel “El manzano” de concepción –

• - Espera, espera, espera, ¿estás diciendo que esos terroristas son de la cárcel? –

• - Es más, los criminales tatuados tienen una característica. Son los condenados a cadena perpetua. Nuestra ciudad fue tomada por las peores personas posibles, las que no tendrán piedad de nada y de nadie, las verdaderas lacras de nuestra sociedad –

Se habían quedado choqueados al enterarse de la procedencia de los terroristas. Al fin entendían la verdadera magnitud de la calamidad que se estaba desencadenando.

En las alcantarillas, el grupo de Nicholas seguía avanzando sin detenerse. En un principio podían ser oídos uno que otro terrorista, pero al pasar el tiempo, estos desaparecieron:

• - Umm, por acá –

• - ¿Estás seguro? Tal vez hemos estado dando vueltas en círculos todo este rato –

• - No te preocupes Chris, sé lo que hago –

• - A todo esto, ¿Cómo sirvió el papel que encontré para saber de este camino? –

• - Es fácil. Soy un estudiante de arquitectura de la universidad del bio bio. Mi padre también lo era, y tiene una gran cantidad de planos y libros sobre Concepción. Por eso sé algunas cosas de la ciudad, y esta es una de esas. Y ese papel que encontraste me verificó que todavía existía la conexión con la alcantarilla –

• - Si no me equivoco, era un control de plagas, ¿no? –

• - Exactamente David. Todo establecimiento público debe hacerlo. En este caso, si el camino al alcantarillado se encontraba aún accesible, mucho ratón debía juntarse en esa habitación. Y justo como decía el control, muchas de las plagas se ganaban en el sótano. De esa forma intuí que no habían cementado esa unión –

• - Ya veo, tenemos suerte de estar contigo. En todo caso, eso no explica el cómo sabes que camino tomamos –

• - Bueno Chris, tengo un buen sentido de la orientación, y me sé estos planos de memoria. Confíen en mí, pronto saldremos en pleno parque ecuador –

El pequeño grupo avanzaba por los oscuros y húmedos pasadizos. El hombre barbudo y la chica sombría iban al final con un silencio sepulcral. David los miraba, pensando en como hacerlo para entablar una conversación. Y Chris con Nicholas hablaban animadamente en el frente. Un poco más atrás de ellos, otra persona caminaba en la misma dirección. Se trataba de Clover:

• (Presiento que este camino me llevará a un lugar interesante)

El destino de estos seis era el parque ecuador, una de las zonas verdes más grandes de la gran urbe. Aledaño a este, el cerro caracol adornaba el ambiente. La combinación de los dos daba un perfecto espacio para esconderse del terrorífico juego.

:0 hay mas conflictos en juego, la accion crece rapidamente, quiero ver mas nakama xD


ya lo extrañaba

que buen capitulo me gusto espero el proximo

en verdad me gusto el capitulo, estos conflictos para mi son fantasticos, pero hay errores ortograficos, no hay muchos pero los hay, en cuestion, eso es que me interesa, es que eso es lo minimo, lo que si me preocupa es hasta donde llegara esto, no se que va a pasar, pero me gusta, en esta historia puede pasar cualquier cosa

genail capitulo, como siempre sorprendiendome hasta duende puede llegar esta hitoria adictiva, rayos! si tan solo supiera la forma de publicar mis historias :c

core escribió:genail capitulo, como siempre sorprendiendome hasta duende puede llegar esta hitoria adictiva, rayos! si tan solo supiera la forma de publicar mis historias :c

Hombre, no es difícil publicar, solo debes buscar el tema del genero adecuado a tu historia, y apretar en el botón de new topic. En ese lugar le colocas titulo, y pegas tu escrito. Es simple core. Ya quiero ver tu imaginación hecha letras ^^

Tales escribió:

core escribió:genail capitulo, como siempre sorprendiendome hasta duende puede llegar esta hitoria adictiva, rayos! si tan solo supiera la forma de publicar mis historias :c

Hombre, no es difícil publicar, solo debes buscar el tema del genero adecuado a tu historia, y apretar en el botón de new topic. En ese lugar le colocas titulo, y pegas tu escrito. Es simple core. Ya quiero ver tu imaginación hecha letras ^^

jaja, si, vi que relativamente es sencillo publicar una historia xd justo hoy acabo de publicar la primera parte de mi historia, gracias por la info!

noooooooooooo Scarlet por que tenias que morir asiii??? noooooo

Después de mucho tiempo de nuevo, subí el capítulo 11. Subiré dos prototipos de personajes que he hecho el fin de semana quizás. Supongo que ahora que estoy apunto de salir de vacas, haré los capítulos más seguidos. Y eso, disfruten el capítulos mis lectores.

Fantastico, mas secretos o menos secretos, ya parece lost xD


continua e.e

secreotos llegan, secretos se van, esta historia esta en un buen punto en la cual pueden ocurrir muchas cosas