SAKURA NO HA 桜の葉 SÉPTIMO EPISODIO

CAPÍTULO 7
"DESCUBRIMIENTO"

Caminaba al colegio pensando en qué pasaría ese día. El extraño encuentro que ayer había tenido con Asami en el salón de música aún estaba fresco en su mente. Después de todo, era la chica más bonita y popular del colegio. Pero aún no podía creerlo. Decidió tomarse las cosas con calma y ver qué pasaba, sin hacerse muchas ilusiones. En ese momento le vino a la mente el recuerdo de Suzume sollozando con la cara entre las manos y su rara despedida en la puerta de su casa. ¿Qué le sucedería?

Suzume lo vió, varios metros atrás, e intentó gritar su nombre como otras veces, pero en ese momento Asami apareció junto a él y lo saludó amistosamente. Mientras caminaban juntos, los observó hablar como si fueran dos viejos amigos, y se puso roja de celos.

-¿Qué te pasa, Suzume-san?

Advirtió la simpática cara de Aiko interrogándola.

-Nada. Es que... ayer me quedé viendo una película y no he dormido bien hoy. -Aiko parecía desconfiar-. -Eh... no te preocupes, sólo es eso.

Aiko dejó el tema y habló sobre el próximo festival de la primavera, que tendría lugar en menos de un mes.

Después entraron al salón. Katsumi fue a su asiento. Mientras ponía el maletín sobre la mesa, Suzume pasó por al lado sin mirarlo y le dijo un "hola" que apenas pudo oír. Volvió para mirarla y la notó triste. Se paró para ir a hablar con ella, pero el profesor entró saludando a la clase y pidió que todos tomaran su asiento.

Sonó el timbre del recreo. El profesor se despidió y se retiró. Asami se levantó y fue a ver a Katsumi, quien dejó sus cosas en el escritorio y salió con ella. Suzume los miraba desconsolada mientras Aiko observaba la escena desde su lugar, sin decir nada. Intentó animarla invitándola a ir al patio, pero Suzume le agradeció y, asomando lágrimas a sus ojos, salió para encontrarlos. Los siguió sin que la notaran. Entraron al salón de música, que en ese momento se hallaba vacío. Entornó la puerta y vió a Katsumi acomodando la silla para que Asami se sentara delante del piano. Detrás, colocó sus brazos para tocar, con ella en medio observando cómo sus prodigiosas manos recorrían el teclado. No podía escuchar lo que hablaban entre ellos. Trató de acercarse un poco más, pero eso hubiera significado tener que abrir más la puerta y correr el riesgo de ser descubierta. Asami ensayaba con lentitud el ejercicio que Katsumi le había puesto. Cuando se equivocaba, él la tranquilizaba y volvía a demostrarle cómo hacerlo. Caminaba por el salón y volvía para corregirla cariñosamente. Tomó su posición como antes, detrás de ella, rodeándola con sus brazos, rozándola, y delicadamente tocó un dulce tema para premiarla por su esfuerzo. Sencillamente no podía soportar la mirada que a veces surgía entre ambos.

Aiko le dió un buen susto cuando la llamó tocándole la espalda y la puerta se abrió con estruendo, cayendo Suzume al piso. Los dos la miraron sorprendidos, y la pobre sólo dio una ridícula excusa. Toda roja, se agarró de Aiko y huyó al patio.

-Amiga, ¿qué te sucede? -preguntó preocupada Aiko junto al bebedero.

Suzume no le respondió; inhalaba y exhalaba con todos sus pulmones como si hubiera corrido una maratón.

-Ven, bebe agua y lávate la cara. -la dirigió a la pileta y abrió la canilla.

Mientras se lavaba llegó Katsumi, llamándola. Suzume se sobresaltó y dió un paso atrás, escondiendo la cara toda mojada.

-Hey, ¿qué haces, tonta? Te estás mojando toda. A ver...

Abrió un pañuelo y le secó la cara, sin distinguir las lágrimas del agua, y le arregló el cuello del uniforme. Después la quedó mirando, pero ella le apartaba la mirada. La tomó de la barbilla y volvió a dirigir hacia él sus ojos.

-¿Me estabas siguiendo? ¿Estás celosa?

-Eh... no, eh... es que...

-Buscábamos a la profesora de arte, por un trabajo que juntas teníamos pendiente. ¿Verdad, Suzume-san? -agregó Aiko, poniéndose entre los dos.- Tenemos que ir a buscarla, lo siento, Katsumi-kun. Vamos, Suzume-san.- La agarró de la mano y se la llevó fuera de su vista.

En un banco entre los árboles, atrás de la pista de atletismo, Aiko aferraba su mano. Su amiga estaba triste, y no recordaba la última vez de haberla visto así. Parecía otra persona.

-Dime qué sucede... ¿Suzume-san? -la miró más detenidamente.

Suzume no dijo nada; se limitó a mostrar su rostro mojado por sus lágrimas, mirando el césped.

-Lo amas, ¿verdad?

Sólo eso dijo, para que su amiga rompiera en llanto y escondiera la cara en su pecho. No necesitaba oír una respuesta.

waaaaaaaa!! muy emotivo y conmovedor este capitulo, sentí pena suzume me encanto!!

¡Muchas gracias por tu estímulo! De verdad te agradezco que leas y comentes mi historia. La tuya es muy buena. Has mejorado mucho en poco tiempo. Espero tu próximo capítulo.

No es justooo!!! me da penita Suzume, joooooooo TTwTT me siento identificada con ella, y eso aun me hace sentir mas de cerca su tristez. Gracias a tu forma de escribir me introduzco en la historia y siento lo mismo que ella, y me pongo triste, incluso sentí verguenza cuando se abró la puerta y algo de intriga por saber que decian!! Jooo que emotivo. Espero con ansias el proximoo!! Me encanta tu historia mangaboy!!

jooo ke final de capitulo mas triste me agrada mucho suzume por eso me da penita la historia se vuelve bonita a la vez ke triste ya estoy deseando ver ke pasara

sigue escribiendo animos